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TOGO En jaque la libertad de expresión Diez estaciones de radio y televisión fueron clausuradas en sólo una semana en Togo, tras la muerte del presidente Gnassingbé Eyadema. Varias organizaciones de defensa a la libertad de prensa manifestaron su desaprobación ante esta serie de cierres. A lo largo de 2004, el premier había incluido una enmienda, en la ley de prensa nacional, despenalizando la difamación, en una medida que contribuyó significativamente a la libertad de prensa. Organizaciones como la Fundación de Medios para África Occidental, Reporteros sin Fronteras (RSF), el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) y la local Observatoire togolais des médias (Observatorio de Medios de Togo, OTM), expresaron su preocupación ante las actuales condiciones de la libertad de prensa en Togo, luego de una serie de clausuras a medios de comunicación. Desde el pasado 11 de febrero de 2005, las autoridades temporarias cerraron ocho estaciones de radio (Nana FM, Kanal FM, Radio Lumière, Radio Nostalgie, Radio Carré Jeune, Radio Fréquence 1, Radio Zion y Radio Djabal'nour) y dos estaciones de televisión (Télévision Zion y TV7), acusadas de incitar al pueblo a "la desobediencia civil, el odio y la sublevación". El antiguo presidente, fallecido el 5 de febrero de 2005, era el más antiguo dictador africano en el poder (38 años de mandato). La OTM condenó los cierres y señaló que el público necesita acceso a noticias e información "en un momento en que la nación está pasando por una crisis sin precedentes". Entretanto, el CPJ afirmó que las estaciones fueron atacadas por criticar la maniobra de las Fuerzas Armadas de nombrar como líder al hijo del difunto presidente, Faure Gnassingbé. La comunidad internacional se plegó a estas críticas, condenando el nombramiento, que vulnera la legislación en vigor, que establece que el sucesor debía ser el presidente de la Asamblea Nacional. El 7 de febrero el secretario general de la ONU, Kofi Annan, expresó su preocupación ante el cambio de gobierno en Togo. En una maniobra fraudulenta, el Parlamento togolés destituyó al anterior presidente de la Asamblea, Fambare Natchaba, que se encontraba en el exterior, eligió para el cargo a Faure Ñasingbe y reformó la Constitución para prolongar su mandato. Antes de su muerte el 5 de febrero, Gnassingbé Eyadema había sido condenado por la Unión Europea debido a sus políticas autoritarias. La UE había llegado a suspender la ayuda a este país en 1993. En febrero de 2003 la UE se había declarado dispuesta, a ayudar en la organización de las elecciones de junio de ese año, siempre que el gobierno diera señales claras de su disposición a la apertura democrática y a asegurar unos comicios justos, transparentes y con la participación de todos los sectores políticos. Una vez más, en medio de acusaciones de fraude, Eyadema fue reelecto en las elecciones de junio de 2003 con el 57% de los votos. La UE había tomado decisión contra el envío de observadores debido a que no se habían alcanzado los prerrequisitos para la celebración de elecciones libres y justas. La ayuda de la UE fue suspendida hasta octubre, cuando los estados del grupo ACP (África, Caribe y Pacífico), argumentando que los comicios habían sido "suficientemente democráticos", pidieron que se reanudara la ayuda humanitaria. En 2004 el gobierno había tomado algunas medidas tendientes a la reforma democrática a través de la implantación de medias como la enmienda de la ley de prensa para despenalizar la difamación (ver recuadro). Si bien el nuevo gobierno togolés ordenó reabrir las fronteras del país, cerradas el sábado 26 de febrero, las manifestaciones callejeras estarían prohibidas durante los próximos dos meses. |
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