Refugiados Ante el abuso, tolerancia cero A pesar de que los casos de violaciones sexuales han disminuido en los campos de refugiados de Kenia, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y sus colaboradores en el país africano han implementado un proyecto para reforzar las medidas de prevención y respuesta a estos actos de violencia de género, a través de una campaña de prevención de la explotación y el abuso sexual del programa de refugiados de Kenia. El proyecto busca estandarizar el proceso de denuncia e investigación cuando se presentan casos de abuso o explotación. Representantes del gobierno, de organizaciones no gubernamentales (ONGs), refugiados y comunidades de asilo están siendo actualmente entrenadas en técnicas de entrevista e investigación ante las acusaciones. Entretanto, se están produciendo y distribuyendo en los campos de refugiados materiales didácticos y videos, para que los beneficiarios del programa de refugiados de Kenia puedan aprender más acerca de sus derechos y potestades, además de reforzar la política de "tolerancia cero" contra la explotación sexual y el abuso. "En el pasado han ocurrido serias violaciones a la seguridad, integridad y dignidad de los refugiados en varios programas de refugiados", apuntó George Okoth-Obb, el representante de ACNUR en ese país, en el lanzamiento, durante la primera semana de febrero de 2005, de la campaña antedicha. "Es una ironía que los refugiados, que han abandonado sus hogares porque no se encontraban seguros, estuvieran expuestos, durante el asilo, a formas igualmente graves de peligro, miedo y ansiedad", señaló el representante. Kenia aloja actualmente alrededor de 240 mil refugiados en el campo de Kakuma (al noroeste) y en el campo de Dadaab (al este). Entre ellos habría más de 140 mil somalíes, 70 mil sudaneses, 9 mil etíopes y alrededor de mil de otros países de la región. La mayoría de los refugiados somalíes abandonaron sus tierras a comienzos de la década de 1990, huyendo de la guerra civil y el hambre. Unos 300 mil refugiados huyeron a Kenia cuando estalló la guerra civil en Somalia en 1991, y fueron alojados en campamentos de la provincia nororiental, donde cientos de mujeres somalíes fueron violadas entre abril de 1992 y noviembre de 1993. Durante los primeros años del flujo de solicitantes de asilo en Kenia, las violaciones de mujeres y niñas por parte de bandidos (shiftas) o miembros del cuerpo de soldados o de la policía de Kenia ocurrían con una frecuencia y una magnitud vergonzosas. En la actualidad, gracias a la intervención sostenida de las fuerzas del gobierno y el trabajo de Naciones Unidas combinado con la labor de numerosas ONGs en el país, las violaciones se han reducido drásticamente. En Daab, por ejemplo, los casos registrados de violación se redujeron de 1.500, a 16 en 2004. |
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