Sólo cuatro de los países industrializados no lo han ratificado: Australia, Estados Unidos, Liechtenstein y Mónaco, y a pesar de que los dos primeros son responsables de una tercera parte de los gases de efecto de invernadero emitidos por el mundo industrializado, ambos han declarado que no se proponen adherirse al mismo.

 

02/02/2005
Medio ambiente - Protocolo de Kyoto
A punto de regir

Desde que el 18 de noviembre de 2004 Rusia ratificó su adhesión al Protocolo de Kyoto se supo que éste empezaría a regir el 16 de febrero de 2005. Con esta nueva firma, se alcanzó un compromiso de los países que aportan, en su conjunto, el 61,6% de los gases de efecto invernadero.

El acuerdo de lucha contra el cambio climático involucra a 127 estados industrializados que se han comprometido legalmente a cumplir metas cuantitativas para reducir sus emisiones de gases de efecto de invernadero en el quinquenio 2008-2012 por debajo de los niveles de 1990 (8% en el caso de la Unión Europea y 6% en Japón). Sólo cuatro de los países industrializados no lo han ratificado: Australia, Estados Unidos, Liechtenstein y Mónaco, y a pesar de que los dos primeros son responsables de una tercera parte de los gases de efecto de invernadero emitidos por el mundo industrializado, ambos han declarado que no se proponen adherirse al mismo. Entretanto, países en desarrollo como Brasil, China, India e Indonesia, son parte del Protocolo, aunque no tienen metas para la reducción de emisiones.

  Emisiones de carbono, emisiones de divisas

A partir de la puesta en vigor del Protocolo, el mercado internacional de comercio del carbón se convertirá en una realidad legal. Actualmente, el régimen de negociación de emisiones establecido por el Protocolo permite a los países industrializados comprar y vender entre sí créditos de emisiones. “Este es un paso histórico en los esfuerzos del mundo entero por combatir esta amenaza global. Lo más importante, finaliza un largo período de incertidumbre. Aquellos países que han ratificado el Protocolo, y que han tratado de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero incluso antes de entrar en vigencia, ahora tienen legalmente la obligación de hacerlo”, señaló Kofi Annan, Secretario General de las Naciones Unidas. De acuerdo al jerarca, las empresas que han estado explorando el terreno de la tecnología verde ahora han recibido "señales fuertes acerca de la viabilidad del mercado de sus productos y servicios".

Docenas de corporaciones estadounidenses intercambian actualmente créditos de emisiones, pese al rechazo de la administración Bush al Protocolo de Kyoto (el presidente George W. Bush retiró la firma del país en 2001 alegando que el Protocolo era injusto al exigir reducciones sólo a países industrializados, y que su aplicación en Estados Unidos causaría la pérdida de más de cinco millones de puestos de trabajo). Sin embargo, varias transnacionales instaladas en Estados Unidos y que hacen negocios en países donde el tratado global sería aplicado, vieron la posibilidad de beneficiarse si se apuraban a actuar.

El rechazo a ratificar el acuerdo por parte de Washington podría costar fortunas a las firmas estadounidenses, si las deja fuera de lucrativos mercados de emisiones. "Se trata de pagar ahora, o pagar más después. Los empresarios estadounidenses no son tontos, y están obligados a ser competitivos", afirmó Peter Fusaro, presidente de Global Change Associates, una consultora internacional sobre energía y ambiente. Según Fusaro, "no es improbable que el gobierno federal cambie de opinión en los próximos cuatro años y empiece a regular las emisiones", ya que "a Bush le gustan las soluciones con base en el mercado, y el mercado está ahí, con compradores y vendedores".

El Protocolo de Kyoto prevé la compra-venta de créditos de emisión: quienes reduzcan su producción de gases invernadero menos de lo que se les exige, podrán compensar ese incumplimiento si pagan a otros que reduzcan más de lo exigido. La gran compañía química Dupont es una entre docenas de corporaciones que participan en un programa piloto de comercio de "créditos de emisión" de gases invernadero, llamado Intercambio Climático de Chicago (Chicago Climate Exchange). Los miembros del mercado de carbono de Chicago compran y venden créditos de emisión de seis gases invernadero, ganan créditos por proyectos de secuestro de carbono (servicio ambiental desarrollado a nivel global, basado en la capacidad de los ecosistemas forestales para absorber y almacenar el carbono atmosférico) y se comprometen a reducir sus propias emisiones en un 4%, en un plazo de dos años.

De acuerdo a Tierramérica, desde el inicio de ese mercado, en diciembre de 2003, se ha comerciado un promedio diario de créditos de emisión equivalentes a siete mil 396 toneladas de dióxido de carbono, un volumen reducido, según expertos, si se compara con la emisión total estadounidense de gases invernadero, unos seis mil 800 millones de toneladas en 2002. Dupont gana un tercio de sus 26 mil 900 millones de dólares anuales en países que ratificaron el Protocolo. En la última década, Dupont redujo 65% sus emisiones de gases invernadero, en gran medida mediante un drástico recorte de los que no contienen carbono, como el óxido nitroso.

Apuntes sobre el Protocolo de Kyoto

En 1997 se firmó el Protocolo de Kyoto con el objetivo de reducir en el mundo industrializado la emisión de dióxido de carbono (generado por la quema de combustibles fósiles) y otros gases invernadero, que retienen calor en la atmósfera y son considerados responsables del recalentamiento global.

El Protocolo de Kyoto es un tratado internacional, derivado de la Convención, que define compromisos cuantificados de reducción de emisiones de gases efecto invernadero para las Partes del Anexo I (los países industrializados). Cada Parte del Anexo I tiene una meta de reducción calculada respecto a sus emisiones del año base (1990) y tiene una cantidad asignada de derechos de emisión. El cumplimiento de sus metas se evaluará durante el periodo de compromiso 2008-2012.

Según los últimos estudios del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, las emisiones globales de dióxido de carbono y otros gases de invernadero elevarán las temperaturas promedio mundial en 5,8ºC para fines de este siglo. También afectarán los patrones del tiempo, los recursos acuíferos, el ciclo de las estaciones, los ecosistemas y los eventos climáticos extremos.

Mecanismo de Desarrollo Limpio y Gases de Efecto Invernadero

El Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) tiene como objetivos ayudar al logro de las metas de reducción de emisiones de GEI (Gases de Efecto Invernadero) de los países industrializados, contribuir al desarrollo sostenible de los países en desarrollo y apoyar el objetivo de la Convención sobre Cambio Climático.

Las transacciones comerciales de reducciones de GEI se realizan a través de certificados expedidos por organizaciones independientes acreditadas por la junta ejecutiva que dirige el Protocolo de Kyoto, designadas como Entidades Operacionales que pueden validar y verificar proyectos. Este mecanismo les permite a los países en vías de desarrollo llevar a cabo proyectos cuyas reducciones de emisiones sean certificadas y negociadas en el mercado internacional.

Apuntes sobre el cambio climático

"Ya no hay dudas de que el clima de la Tierra está cambiando", afirmó Dennis Tirpak, uno de los coordinadores del secretariado de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático. De acuerdo a Tirpak, globalmente, nueve de los últimos 10 años fueron los más cálidos registrados desde 1861. "El aumento de los gases del efecto invernadero han afectado los regímenes de lluvias y el ciclo global del agua", sostuvo. Un ejemplo de este cambio se pudo apreciar con la ola de calor que azotó a Europa en 2003. El peor desastre natural ocurrido en Europa en 50 años terminó con la vida de 30 mil personas y ocasionó daños materiales que superaron los 30 mil millones de dólares. "Desde la década de 1970, la amenaza climática ha incrementado el alcance ya la frecuencia de las sequías", mientras "los sistemas marinos están cambiando, con consecuencias difíciles de predecir", anunció el especialista. Entretanto, según el científico británico Chris Rapley el hielo que se derrite de la Antártida (provocado por el calentamiento) conformaría, al menos, el 15% del aumento anual de dos milímetros del nivel de todos los mares.





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