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Crisis humanitaria-Haití La resaca de la tormenta En Haití, aproximadamente 300 mil personas, más de la mitad son niñas y niños, perdieron sus hogares y sus pertenencias tras el paso de la tormenta tropical Jeanne. Carol Bellamy, directora del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, describió como devastadora la situación que se vive al norte del país. Tras su paso por Haití, la tormenta tropical Jeanne dejó, al menos, 1.500 muertos y más de 2.600 heridos, a su vez, cerca de 300 mil personas, de las cuales más de la mitad son niñas y niños, perdieron sus pertenencias y sus hogares. Luego de su visita a Gonaives, la ciudad más afectada, la directora del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Carol Bellamy, describió el panorama como devastador. "Muchos de los hospitales están llenos de lodo y la mayoría de las escuelas funcionan como refugios", declaró Bellamy. La directora de UNICEF consideró que las Naciones Unidas deberían lanzar un llamado de emergencia. "La situación es tan terrible que nos preguntamos si vamos a llegar a nuestros objetivos", manifestó Bellamy, a lo que agregó que "he visto otros desastres en otras partes del mundo, pero aquí la historia nos enseña que el desarrollo es tan lento, y todo lo que se había realizado hasta ahora se destruyó en un instante". Bellamy señaló que la prioridad de UNICEF en Gonaives es mantener vivos a los niños y a las niñas. Para esto, UNICEF se ha concentrado en distribuir materiales esenciales de asistencia a los refugios, donde se calcula que se encuentran actualmente 5 mil niños y niñas. UNICEF cuenta con informes de niños y niñas separados de su familia, es por esto que "estamos tratando de ayudar a los niños y niñas para ver si podemos identificarlos y reunirlos con sus madres y sus familias si es posible", declaró Sylvana Nziororera, Oficial de Comunicación de UNICEF. En los refugios se encuentra trabajando, con los niños y las niñas, un equipo de 30 asesores psicosociales tratando de ayudarlos a confrontar el impacto y la angustia causados por la pérdida de sus hogares y, en gran parte de los casos, de sus familias. Por otra parte, las tensiones que han padecido muchas mujeres embarazadas en la ciudad ha llevado a un aumento de los partos prematuros. En Gonaives han nacido, en promedio, 10 bebés al día. El organismo de ONU ha proporcionado equipos obstétricos de emergencia para asegurarse que los bebés nazcan en lugares seguros y logren sobrevivir. Entre el 2 y 3 de octubre Naciones Unidas hará un llamado de ayuda a la comunidad internacional, solicitando 30 millones de dólares para enfrentar el desastre en Gonaives y en el resto de las ciudades del norte de Haití. No hay calma luego de la tormenta Los sobrevivientes a las inundaciones tratan ahora de obtener alimentos, refugio y sobrevivir, supervivencia que se torna cada vez más difícil debido a la amenaza de que se propaguen enfermedades y epidemias en las zonas inundadas. La falta de3 agua potable obliga a la gente a beber, bañarse y cocinar con agua contaminada por animales en estado de descomposición, residuos sin tratar y cuerpos que todavía no fueron retirados. La falta de seguridad dificulta las operaciones de socorro. Los sobrevivientes, frustrados y desesperados, han saqueado la escasa asistencia que ha conseguido llegar a la zona, obligando a los organismos humanitarios a aumentar su nivel de alerta. En la ciudad de Gonaives, el centro mismo del desastre, la situación es especialmente precaria. Actualmente, la prioridad de UNICEF, junto a otros organismos de asistencia, es distribuir agua potable, alimentos y medicinas a las personas que se encuentran en los refugios. La organización ha enviado más de 400 mil bolsas de polvo para la depuración del agua y galletas de alto contenido proteínico para tratar y mantener a las mujeres y a los niños hidratados y alimentados. |
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