Derechos humanos UE advierte La Unión Europea advirtió a Rusia que debía respetar los derechos humanos pese a la amenaza terrorista, esto ocurrió luego de que el presidente ruso Vladimir Putin anunciara una mayor centralización del poder con el fin de combatir el terrorismo. Bernard Bot, ministro de Relaciones Exteriores de Holanda, manifestó en el pleno de Estrasburgo el profundo pésame de los europeos ante las víctimas de Beslán, una masacre condenada duramente por la Unión Europea (UE). Sin embargo, el ministro holandés criticó severamente la postura del presidente ruso, Vladimir Putin, frente a la situación de Chechenia. A su vez, agregó que para la UE resulta de vital importancia que en la lucha contra el terrorismo se respeten los derechos humanos. También los diputados europeos realizaron declaraciones. El alemán Martin Schulz, jefe de fracción de los socialdemócratas europeos, advirtió a Rusia no retroceder en el camino hacia la democratización del país. "Los planes de introducir nuevamente la pena de muerte, alejan al país de la plataforma democrática de la UE, una verdad que debe comunicarse a Rusia pese a la gran amistad", señaló Schulz. Por otra parte, también los liberales advirtieron a Moscú no retroceder en el camino conquistado a favor de los derechos democráticos. Mientras que no se den las condiciones para una vida normal, siempre existirá la amenaza de que el terrorismo continúe expandiéndose en la región, manifestó Silvana Koch Mehrin, vocera de los liberal demócratas europeos. "El presidente Putin desempeña la figura del hombre fuerte, pero no emprende el camino que elegiría un hombre fuerte, que es el de la negociación política. Mientras que la solución del problema del terrorismo se base en una mentira, la guerra no podrá ser ganada", apuntó Mehrin. Por su parte los verdes europeos condenaron a los autores de la masacre de Beslán se encuentran en la política implementada por Rusia. "Los chechenos que cometieron este crimen no nacieron siendo monstruos. En eso se han convertido por la interminable guerra en Cechenia. La guerra de colonización implementada por una fuerza colonial, produce día a día monstruos", dijo el ecologista Daniel Cohn Bendit, quien agregó que la UE tiene la obligación de negociar ante los chechenos que no logran alejarse del terrorismo y un Gobierno ruso incapaz de encontrar una salida política a la situación. La guerra de Chechenia En agosto de 1999, Vladimir Putin, asumió como primer ministro ruso. En ese período, guerrillas separatistas islámicas ingresaron a Chechenia desde Daguestán, ocupando aldeas y declarando la zona Islámica. Las fuerzas rusas recuperaron las aldeas, pero los combatientes chechenos se sumaron a la lucha por un estado islámico. Varios atentados con bomba en Moscú fueron atribuidos por Putin a terroristas chechenos y utilizados como pretexto para otro ataque de Moscú sobre Grozny. Shamil Basáyev, el jefe guerrillero, negó la responsabilidad de su movimiento en los hechos. El ascenso de Putin a la presidencia, al final de 1999, redobló la presión rusa para mantener a Chechenia en la Federación. Los combates entre el ejército y los 2.000 guerrilleros chechenos continuaron hasta principios de febrero de 2000. Grozny quedó en ruinas, pero bajo control ruso. Cerca de la mitad de los guerrilleros sobrevivientes huyeron a las montañas del sur de Chechenia donde continuaron combatiendo. La capital fue trasladada a Gudermés. Los chechenos apresados fueron enviados a los centros de detención de Chernokosovo, al norte de Chechenia y al de Mozdok, en Ingushetia. Allí fueron torturados, según informes de varias instituciones de derechos humanos. En mayo de 2000, Moscú designó a Ajmad Kadyrov para remplazar a Masjádov. El conflicto continuó en 2001, mientras los soldados rusos eran denunciados por violar los derechos humanos. Luego de los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos, Putin reconstituyó su guerra en Chechenia como una 'operación antiterrorista' contra extremistas islámicos vinculados a Al-Qaeda. Así obtuvo el respaldo de algunos países occidentales que anteriormente se habían mostrado indiferentes o contrarios a la guerra. En octubre de 2002, un comando integrado por 50 guerrilleros chechenos tomó 800 rehenes en el teatro Dubrovka de Moscú y amenazó con matarlos si el ejército ruso no abandonaba el territorio checheno. Vencido el plazo de tres días, fuerzas especiales rusas ingresaron al teatro, mataron a todos los chechenos y liberaron a 700 rehenes (los 100 restantes murieron durante la operación). Luego de esta crisis, Putin anunció un referéndum para mayo de 2003 sobre una nueva constitución que otorgaría a Chechenia el rango de república dentro de la Federación Rusa. La mayoría de los chechenos votaron a favor, pero los guerrilleros rechazaron la decisión y prometieron continuar la lucha por la independencia total. |
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