Los niños mineros trabajan bajo las condiciones más insalubres imaginables: mueren por asfixia, aplastados en derrumbes o por el avance inexorable de la silicosis, una enfermedad que corroe los pulmones por la inhalación de sílice.

 

14/09/2004
Derechos humanos-Niños
Cifras aberrantes

Aproximadamente 17 millones de niños y jóvenes realizan trabajo infantil en América Latina, según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Datos recientemente dados a conocer por la Organización Internacional del Trabajo muestran que en Nicaragua, hay aproximadamente 314 mil niños trabajadores, cifra que representa algo así como 18% de la población menor de 14 años, estimada en 1,8 millones.

También en Brasil y Haití existe una cifra preocupante de niños trabajadores, según OIT más de 560 mil niños realizan tareas domésticas en Brasil, mientras que en Haití la cifra alcanza los 250 mil.

En la mayoría de los casos no reciben salarios y, cuando lo hacen, reciben hasta 80% menos salario que los adultos. A su vez, realizan tareas peligrosas en ausencia de las más elementales condiciones de seguridad y con frecuencia deben cumplir jornadas de 12 horas de labor.

Los convenios internacionales condenan las actividades laborales de los niños menores de 15 años cuando la tarea amenaza su salud o educación. Por otra parte, no todo trabajo infantil es ilegal. Las declaraciones de las Naciones Unidas (ONU) y de OIT toleran que en los países pobres los niños de entre 12 y 14 años realicen tareas livianas con un máximo de 14 horas semanales.

Según OIT, la explotación sexual también forma parte del universo del trabajo infantil. Incluso la esclavitud, el tráfico, la servidumbre por deudas, el reclutamiento forzoso en conflictos armados, la pornografía y el narcotráfico son una de sus formas más aberrantes.

Según Bruce Harris, director para Latinoamérica de la ONG internacional Casa Alianza, "los datos oficiales del PBI de Guatemala incluyen la mano de obra de niños desde los 12 años. En Perú, aproximadamente 50 mil niños trabajan en actividades relacionadas con la explotación del oro y manipulan el mercurio a diario sin protección alguna".

Los niños mineros trabajan bajo las condiciones más insalubres imaginables: mueren por asfixia, aplastados en derrumbes o por el avance inexorable de la silicosis, una enfermedad que corroe los pulmones por la inhalación de sílice.

A su vez, en Bolivia, el país más pobre de América Latina, la mayoría de los 120 mil niños mineros son indígenas (quechuas y aymaras). Tienen entre 7 y 17 años y se los utiliza sobre todo en las labores al interior de la mina, incluso en la manipulación de dinamita y en la separación del estaño a través de productos químicos de alta peligrosidad.

Empleo doméstico

En gran parte de los países latinoamericanos el empleo de niños en el servicio doméstico es considerado como un alivio para las familias menos afortunadas, que los entregan como "ahijaditos" bajo promesas de brindarles educación, sustento y afecto.

Pero en la mayoría de los casos estos niños son víctimas de maltrato psíquico, castigos corporales y humillaciones. Se los considera a menudo como "un bien" del hogar, trabajan aislados y suelen perder todo contacto con su grupo familiar.

En total, dos millones de niños trabajan en el servicio doméstico en América Latina y Casi 90% son niñas. En Perú existen cerca de 110 mil niños entre 6 y 17 años empleados en este rubro, otros 64 mil en Colombia y 21 mil en Honduras, según informes del Programa de Erradicación del Trabajo Infantil.




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