Entre 2001 y 2002, fueron talados aproximadamente 25.480 kilómetros
cuadrados del Amazonas. Durante 2003 y lo que va de 2004 el territorio
deforestado aumentó 40% aproximadamente. Distintas organizaciones
ambientalistas siempre han temido que la expansión de las
áreas de suelos utilizados por la agricultura eran la mayor
amenaza para el Amazonas, pero el informe de CIFOR muestra que
el área deforestada para dedicarla a pastizales para alimentar
el ganado es seis veces mayor que la usada para los cultivos.
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06/04/2004
Brasil-Medio Ambiente
Comiéndose el Amazonas
Según información recabada por un grupo internacional de investigadores ambientales, la deforestación de la selva amazónica alcanzó sus máximos niveles en 2003. Como consecuencia del aumento de la demanda de carne brasileña en los mercados europeos, los productores resuelven deforestar grandes extensiones de selva para poder albergar más ganado en sus tierras.
El Amazonas, considerado el "pulmón del mundo",
debido a su capacidad para generar oxígeno, tiene una magnitud
de alrededor de 7.05 x 106 Km2 de zona selvática, y es
uno de los ecosistemas más diversos del mundo. Estudios
realizados por el Centro Internacional para la Investigación
Forestal (CIFOR) muestran que la deforestación alcanzada
en 2003 en la selva amazónica es la más grande de
toda la historia, aumentando 40% en tan sólo 12 meses.
Esto se debe, según CIFOR, a que los rancheros están
talando la selva para crear más pastizales y territorio
para sus rebaños, en crecimiento constante, debido al considerable
aumento de la demanda de carnes brasileñas en los mercados
europeos.
Es sabido que Brasil es el mayor exportador mundial de carne de
res y la mayor parte de sus exportaciones van a Europa, donde
aún existen preocupaciones por la enfermedad de la vaca
loca en los rebaños de la región. Si bien el CIFOR
reconoció que los planes del gobierno brasileño
para hacerle frente a la deforestación de la selva amazónica
eran buenos, advirtió que se requieren acciones más
urgentes y con efectos a corto plazo.
Entre 2001 y 2002, fueron talados aproximadamente 25.480 kilómetros
cuadrados del amazonas. Durante 2003 y lo que va de 2004 el territorio
deforestado aumentó 40%, aproximadamente. Distintas organizaciones
ambientalistas siempre han temido que la expansión de las
áreas de suelos utilizados por la agricultura fueran la
mayor amenaza para el Amazonas, pero el informe muestra que el
área deforestada para dedicarla a pastizales para alimentar
el ganado es seis veces mayor que la usada para los cultivos.
Brasil es dueño del mayor rebaño de ganado vacuno
del mundo y su comercialización intensiva acelera lo que
los investigadores han denominado "efecto hamburguesa".
El director de CIFOR, David Kaimowitz, declaró que "los
ganaderos están convirtiendo el Amazonas en carne molida".
"Esta es la amenaza que a largo plazo será más
impactante", agregó.
Se necesitan aproximadamente cinco metros cuadrados de bosque
tropical para sembrar el pasto suficiente para que una vaca engorde
lo necesario para producir una hamburguesa. En la misma superficie,
si el bosque no fuera talado, podría existir un árbol
de 20 metros de altura o, incluso, 50 árboles más
pequeños, así como arbustos y plantas, de unas 25
especies diferentes.
En 1980, aproximadamente la mitad de los bosques tropicales, con
miles de años de antigüedad, había sido destruida;
hoy en día quedan sólo aproximadamente 12 millones
de kilómetros cuadrados de los mismos. En los últimos
30 años, América Central destinó casi dos
tercios de sus bosques a criar ganado que luego es vendido para
la fabricación de hamburguesas.
La explotación forestal, destruye unos 45 mil kilómetros
cuadrados de bosques tropicales al año. Algunos científicos
sostienen que si la destrucción de los bosques continúa
como hasta hoy en día, se alcanzara la erradicación
de los mismos para el año 2050. A su vez manifiestan que
en esto inciden directamente la cantidad de caminos que son construidos
para abrir las selvas y que le permiten al hombre introducirse
en ellas y trabajar en su interior, por lo que exhortan a los
gobierno a intervenir y detener la deforestación.
Más de la mitad de las lluvias de la cuenca amazónica
proviene del agua evaporada de la misma selva. La deforestación
masiva provoca una pronunciada reducción en la lluvia selvática,
determinando que bajen los niveles de fuentes hídricas
y de humedad ambiental. A su vez, las selvas tropicales húmedas,
contienen aproximadamente 35% del carbono de la tierra; si éste
es liberado a la atmósfera, puede contribuir devastadoramente
al calentamiento global.
Pese a esto, el mayor problema de la deforestación tropical
está en la pérdida de la diversidad genética.
La destrucción de las selvas y bosques tropicales acarreará
inevitablemente una devastación masiva. El problema de
la deforestación no sólo afecta a las especies terrestres,
ya que las especies acuáticas, en particular las del Río
Amazonas, también se ven afectadas. En varios estudios
realizados en la década de 1980 se encontraron entre 1.200
y 1.500 especies diferentes de peces, pero en la actualidad esa
cantidad ha bajado a 400, lo que significa una pérdida
de aproximadamente la tercera parte de la diversidad del río.
Situación de México
La situación de la deforestación en México
es igual de alarmante que en Brasil, día a día se
pierden hectáreas de bosques y selvas sin que la sociedad
y el gobierno pongan un limite denunció el sitio web de
Arte e Historia México.
Las condiciones de la economía empujan a las comunidades
sumidas en la pobreza a depredar la flora y la fauna para sobrevivir.
México ocupa un lugar privilegiado en el mundo por la diversidad
de sus bosques naturales. Los bosques y selvas brindan una infinidad
de servicios ambientales, desde la regulación del ciclo
hidrológico y el microclima hasta fenómenos globales
como la biodiversidad y la captura de carbono. Los bosques son
también una importante fuente de ingresos y de materias
primas para los pobladores rurales de México al igual que
para un número amplio de pequeñas empresas y grandes
industrias forestales.
A principios de los años 1990, un 25% de la superficie
de México (aproximadamente 50 millones de hectáreas)
estaba cubierta todavía por bosques cerrados, es decir
selvas altas y bajas, sumado a los bosques templados y bosques
mesófilos. De este total, prácticamente la mitad
eran bosques (25.5 millones de hectáreas) y selvas (24.1
millones de hectáreas). Adicionalmente existían
alrededor de 66 millones de hectáreas de bosques abiertos:
matorrales, huizachales y otros tipos de vegetación semiárida.
La deforestación total en el país se ubica entre
370 y 720 mil hectáreas al año. Con base en los
estudios de caso disponibles y evidencia indirecta, según
expertos se estima que la tasa real de deforestación se
ubica próxima al valor alto.
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