La presidenta interina del FMI, Anne Krueger, menifestó en un reportaje realizado en Washinton que el superávit fiscal del 3% era un "piso", dando a entender que esa meta deberá ser superada cuando en el mes de setiembre se discutan las pautas fiscales para los años 2005 y 2006. Por su parte, Alberto Fernández envió una clara señal a Washington de que el gobierno se plantará en las negociaciones de setiembre. Más allá de "la opinión personal de Anne Krueger, nosotros pensamos mantener en firme la posición del 3%".
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19/03/2004
Economía-Argentina y Brasil
Negociación en bloque
Brasil y Argentina tratarán de impulsar
conjuntamente cambios en las reglas de las finanzas mundiales.
El 17 de marzo pasado ambos países pactaron trabajar juntos
en los ajustes y esfuerzos que en materia fiscal requiere el Fondo
Monetario Internacional (FMI), de tal forma que no perjudiquen
el desarrollo de sus economías. Además de sellar
el acuerdo en el Acta de Copacabana, llamaron a los otros países
miembros del MERCOSUR a sumarse al documento.
El 17 de marzo, los presidentes de Argentina, Néstor
Kirchner, y de Brasil, Luiz Inácio "Lula" da
Silva, firmaron el Acta de Copacabana. El acuerdo se concretó
después de varias semanas de negociaciones y faltando seis
meses para que se vuelvan a discutir las metas fiscales acordadas
a las que se comprometiron los gobiernos con el Fondo Monetario
Internacional (FMI).
De la misma forma conjunta impulsarán juntos ciertos cambios
en las reglas de las finanzas internacionales, aunando esfuerzos
para que los ajustes en materia fiscal que exige el FMI no perjudiquen
el desarrollo de sus economías. A su vez, instaron a los
demás países miembros del bloque MERCOSUR, Paraguay
y Uruguay, y a los Estados asociados al mismo, Chile y Bolivia,
a formar parte formar parte del proceso.
Luego de finalizado el encuentro en Río de Janeiro, el
presidente Kirchner realizó declaraciones a la prensa argentina
dando algunos detalles del encuentro. Manifestó que se
puede realizar un cambio con racionalidad, responsabilidad, buena
administración y cuidando las cuentas fiscales, sin descuidar
la distribución equitativa del ingreso y apuntando a los
que más necesitan.
Según el documento, los gobiernos de los dos países
se comprometen a realizar acciones conjuntas para la apertura
de los mercados y la eliminación de los subsidios de los
países con economías fuertes. Los cancilleres Rafael
Bielsa y Celso Amorim y el jefe del gabinete argentino, Alberto
Fernández, calificaron como histórico el acuerdo
y destacaron que es una señal de ratificación de
la alianza estratégica entre ambos países, los más
grandes de América del Sur.
La presidenta interina del FMI, Anne Krueger, menifestó
en un reportaje realizado en Washinton que el superávit
fiscal del 3% era un "piso", dando a entender que esa
meta deberá ser superada cuando en el mes de setiembre
se discutan las pautas fiscales para los años 2005 y 2006.
A todo esto, el ministro el del interior Aníbal Fernández
respondió que el 3% es el "piso" y el "techo"
del gobierno argentino, anticipando que la administración
Kirchner no aceptará un ajuste fiscal mayor a este. Agregó
que el gobierno argentino confía en que se entienda la
posición lógica que está ofreciendo, "ya
que ésta es la única manera de que nosotros podamos
comprometernos y cumplir".
Por su parte, Alberto Fernández envió una clara
señal a Washington de que el gobierno se plantará
en las negociaciones de setiembre. Más allá de "la
opinión personal de Anne Krueger, nosotros pensamos mantener
en firme la posición del 3%.
El ministro de economía, Roberto Lavagna, relativizó
las críticas y advertencias de la directora interina del
FMI, asegurando que son parte de la negociación y que no
hay que ponerse nervioso. También destacó que es
importante tener superávit fiscal, pero debe servir para
crecer.
Señaló que en la reunión Lula Kirchner se
llegó a la coincidencia de que el crecimiento es el elemento
central de la política y el superávit fiscal es
un instrumento para alcanzarlo, en contraposición a lo
que exige el FMI.
"No tenemos que arreglar nada"
A todo esto, el presidente de Uruguay, Jorge Batlle, tomó
distancia del acuerdo logrado entre los presidentes de Argentina
y Brasil para participar de negociaciones conjuntas ante los organismos
multilaterales de crédito. "No tenemos que arreglar
nada" respondió Batlle cuando fue consultado por periodistas
de Uruguay acerca de la invitación realizada para que ese
país se sume al acuerdo entre Brasil y Argentina.
Batlle señaló que el acuerdo entre Uruguay y sus
acreedores ya se realizó en 2003, aludiendo al canje de
casi la mitad de la deuda externa del país, que en aquel
entonces rondaba los 12 mil millones de dólares. Uruguay
señaló el camino y "ojalá todos hubieran
podido hacer lo que se hizo", destacó el mandatario
uruguayo.
El actual presidente dio la espalda a la invitación de
Argentina y Brasil en lo que fue la primera reacción pública
del gobierno uruguayo, mientras el líder de la coalición
de izquierda Encuentro Progresista-Frente Amplio, Tabaré
Vázquez, coincidió con la propuestas de los presidentes
Kirchner y Lula.
Vázquez, que encabeza actualmente, por amplio margen, las
encuestas de intención de voto para las elecciones presidenciales
de octubre de este año, manifestó que en caso de
triunfar en las elecciones y acceder a la presidencia, sumaría
a Uruguay al Acta de Copacabana.
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