Aristide afirmó que le dijeron que si quería evitar
un derrame de sangre, debería abandonar el país.
Agregó que fue un golpe de Estado moderno, con secuestro
(también moderno), el ex presidente dijo que la operación
fue llevada a cabo por fuerzas militares estadounidenses y haitianas.
A su vez, agregó que un grupo de militares de Estados Unidos
se dirigió a su residencia y lo obligaron a firmar un documento
en el que cedía el poder bajo la amenaza de que le dispararían
a la población de Haití.

 

03/03/2004
Política-Haití
Aristide: ¿Renuncia o golpe de Estado?

En un diálogo mantenido con una cadena televisiva estadounidense, el depuesto presidente de Haití, Jean-Bertrand Aristide, declaró que fue forzado a abandonar su país. Al mismo tiempo, involucró a Estados Unidos en el supuesto golpe de estado, desmentido por el gobierno de la Casa Blanca.

En una entrevista con una cadena televisiva estadounidense, y otros medios de prensa, el presidente depuesto de Haití, Jean-Bertrand Aristide, acusó al gobierno de Estados Unidos de derrocarlo y de obligarlo a abandonar su país, en lo que calificó como un golpe de Estado. Colin Powell, secretario de Estado de los Estados Unidos, declaró que Aristide se retiró de Haití por su propia voluntad.


En la entrevista, Aristide afirmó que le dijeron que si quería evitar un derrame de sangre debería abandonar el país. Agregó que fue un golpe de Estado moderno, con secuestro (también moderno), el ex presidente dijo que la operación fue llevada a cabo por fuerzas militares estadounidenses y haitianas que rodearon el aeropuerto, su casa y el palacio de gobierno. Aristide fue puesto en un avión, en el que pasó 20 horas; media hora antes de aterrizar se le comunicó que viajaba a la República Centroafricana, país situado al norte de la República Democrática del Congo y al sur del Chad.


El ex mandatario aseguró que un grupo de militares de Estados Unidos se dirigió a su residencia y donde lo obligaron a firmar un documento en el que cedía el poder bajo la amenaza de que le dispararían a la población de Haití. La denuncia de un secuestro perpetrado por tropas estadounidenses fue dada a conocer por la congresista estadounidense Maxine Waters, representante demócrata por el Distrito 35 de California.


El portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, inmediatamente salió a desmentir las acusaciones. Según él, su país no tuvo nada que ver con la renuncia de Aristide. "Es una tontería, teorías de conspiración como ésa no ayudarán a la población haitiana a hacer realidad el futuro al que aspiran, que es un futuro mejor, más libre y más próspero", señaló McClellan.


El ultraconservador subsecretario de Estado para la región, Roger Noriega, participó en las negociaciones en Haití e intentó restarle la mayor credibilidad posible a Aristide. El periódico estadounidense Newsday publicó declaraciones de Robert White, ex embajador norteamericano en El Salvador, quien asegura que ya trabajó con Noriega años atrás en un plan para derrocar a Aristide.


El primer ministro de Jamaica, Percival J. Patterson, y presidente la Comunidad del Caribe (CARICOM), manifestó que la salida de Aristide es un precedente peligroso para los gobiernos elegidos democráticamente en cualquier parte. Por otra parte, el Partido Popular Progresivo (PPP) de Guyana criticó a los países occidentales por no impedir la caída del gobierno elegido democráticamente. En una nota publicada por la agencia de noticias EFE, también reclamó la clarificación de la deposición de Aristide.

Ahora... incertidumbre

Las nuevas autoridades de Haití, bajo la dirección del presidente interino Boniface Alexandre, siguen sin poder controlar la situación actual. Algunos observadores indican que podría ser el regreso de la escalada de violencia iniciada el 5 de enero y que tuvo su desenlace con la llegada de tropas extranjeras.


Los empresarios, que se encuentran agrupados en la Plataforma Democrática, principal fuerza de oposición civil, pidieron a los grupos armados que controlen el orden debido al clima de violencia que se vive en la "pobre" nación. Desde la deposición de Aristide, por lo menos nueve personas han muerto en el sur de Haití en actos de violencia protagonizados casi en su totalidad por la oposición política y seguidores del ex presidente.


Soldados estadounidenses controlan la capital, Puerto Príncipe. Francia, por su parte, desplegó unidades de la Legión Extranjera, mientras España, Chile y El Salvador se disponen a participar del proceso de paz aprobado por ONU. El secretario de defensa de los Estados Unidos, Donald Rumsfeld, dijo que su país dirigirá las tropas de la ONU y aportará 2 mil de los 5 mil soldados que trabajaran en dichas operaciones.


El Partido Comunista (PC) de Chile y especialistas de ese país, criticaron al presidente Ricardo Lagos por no haber mandado tropas cuando Aristide solicitó ayuda internacional y de sí hacerlo ahora que lo solicitó Estados Unidos. En un comunicado a la opinión pública, el PC junto a especialistas y otras personalidades chilenas afirman su oposición y rechazo a la "repugnante" medida tomada por Lagos.





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