Sólo el 31 de marzo, los ataques de Estados Unidos con municiones de racimo en Hilla mataron al menos 33 civiles e hirieron a 109. El director de un hospital de esta ciudad del sur del país dijo a HRW que las municiones de "racimo" provocaron el 90% de las heridas de los civiles atendidos por este hospital durante la guerra.
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30/01/2004
Guerra
Racimos de muerte
Un informe publicado por la organización internacional Human Rights Watch, señala que cientos de las muertes de civiles ocurridas en Irak desde que comenzó la invasión de Estados Unidos podrían haberse evitado. Las municiones de racimo utilizadas por las tropas anglo-estadounidenses mataron o hirieron a más de mil civiles.
La mayoría de las muertes de civiles ocurridas en el
conflicto Irak-Estados Unidos, pudieron ser evitadas, sañaló
un informe publicado por la organización internacional
Human Rights Watch (HRW). La
utilización de municiones de "racimo" en áreas
pobladas causó más muertes que cualquiera de las
otras operaciones militares usadas para ingresar a Irak en los
meses de marzo y abril.
Las tropas anglo-estadounidenses emplearon, al menos, 13 mil municiones
de "racimo", las cuales contienen cerca de 2 millones
de "submuniciones" en su interior, que hirieron o terminaron
con la vida de más de mil civiles. Cabe recordar que los
50 ataques contra los máximos líderes iraquíes
no lograron acabar con sus objetivos previstos y mataron, en cambio,
docenas de civiles, indica el informe.
La estrategia de "decapitación" de Washington
se basó en la intersección de conversaciones telefónicas
entre los líderes iraquíes, corroboradas con información
de inteligencia que resultó ser inadecuada, dice el documento.
Como resultado, las fuerzas estadounidenses sólo pudieron
localizar objetivos dentro de barrios residenciales, con un radio
de 100 metros, según HRW "una precisión claramente
insufuciente dentro de zonas civiles".
El estudio, titulado "Lejos del objetivo: la dirección
de la guerra y las bajas civiles en Irak", trata también
temas como las violaciones del derecho internacional humanitario
por parte de las tropas iraquíes, como el uso de escudos
humanos, abuso de los emblemas de la Cruz Roja y otras organizaciones,
la utilización de minas antipersonales y la ubicación
de objetos militares en mezquitas y hospitales.
Human Rights Watch envió a un equipo de investigadores
a Irak entre el 29 de abril y el 1° de junio para investigar
las bajas entre la población civil y los daños contra
la infraestructura civil. El equipo se concentró en las
principales zonas de combate en los valles del Tigris y del Eufrates.
A su vez, visitaron 10 ciudades y realizaron más de 200
entrevistas con víctimas y familiares.
Sólo el 31 de marzo, los ataques de Estados Unidos con
municiones de racimo en Hilla mataron al menos 33 civiles e hirieron
a 109. El director de un hospital de esta ciudad del sur del país
dijo a HRW que las municiones de "racimo" provocaron
el 90% de las heridas de los civiles atendidos por este hospital
durante la guerra.
El Comando Central de Estados Unidos informó de que sus
fuerzas habían utilizado un total de 10.782 municiones
de "racimo" y que las tropas terrestres habían
lanzado la mayoría de ellas. Las tropas británicas
utilizaron otras 70 lanzadas desde el aire y 2.100 desde tierra.
Los fragmentos de "submunición" que no explotan
inmediatamente pueden matar o lesionar a civiles mucho después
de que haya finalizado el conflicto.
La forma en que fueron utilizadas las municiones de "racimo"
en Irak representa un gran paso atrás para las fuerzas
armadas de Estados Unidos; "las tropas terrestres de Estados
Unidos tienen que aprenderse la lección que la fuerza aérea
parece haber asumido: las municiones de "racimo" no
pueden usarse en áreas pobladas sin causar enormes pérdidas
de vidas civiles", sentencia el informe.
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