La resistencia de los tiburones a las infecciones, incluso en aguas contaminadas con bacterias, despierta curiosidad en la comunidad científica. Aparentemente, la razón de esta peculiaridad, al parecer está en la presencia de escualamina, un esteroide con propiedades antibióticas contra hongos, protozoos y bacterias, que ha sido aislado del estómago, hígado, vesícula biliar, bazo y órganos sexuales del tiburón.

 

14/11/2003
Ciencia
Todo un océano por descubrir

La biodiversidad de los océanos es inestimable. La riqueza y variedad del mundo marino incluye desde animales microscópicos, unicelulares hasta "gigantes" de más de 15 metros, con una maravillosa variedad de formas, colores y hábitos de vida. Sin embargo, cada día aumenta la explotación de los mares para la alimentación y la fabricación de fármacos, de forma que, pese a su aparente infinidad, algunos especialistas ya han advertido que esa fuente natural, como todas, tiene límites.

La conservación de la biodiversidad de los océanos se ha descuidado más que la conservación de la terrestre, pese a que los océanos nos ofrecen una diversidad muy rica en genética, especies y ecosistemas. Los recursos marinos se ven afectados por las actividades humanas, entre las que se encuentran la pesca, la agricultura, la farmacéutica, la ingeniería genética y otros sectores económicos.

Varias especies marinas necesitarán de poderosas defensas para sobrevivir y contrarrestar la guerra biológica que se ha desatado sobre ellas. Gran número de animales del mar se encuentran en peligro de extinción, como la ballena azul, la ballena franca, el cachalote, la marsopa, el delfín mular y el común, las vieras, moluscos bivalos, arañas gigantes, sólo por nombrar algunas.

También cada año mueren ahogadas como consecuencia de las redes de pesca entre 100 mil y 300 mil aves marinas en todo el mundo, siendo la especie más afectada el albatros. En 2002, la Sociedad Americana de Pesca reveló que la fauna marina de las costas estadounidenses se encuentra en una frontera peligrosa, ya que unas 82 especies, más de la mitad en aguas de Florida, están en peligro de extinción.

Los océanos del mundo han perdido más de 90% de los grandes peces predadores, como el atún o el pez espada, desde que comenzó la industria pesquera, lo cual, sin duda, traerá consecuencias para los ecosistemas marinos. La contaminación residual -por residuos tóxicos- la contaminación acústica -por el uso del sónar- los varamientos, los enmallados en redes de deriva, así como la sobre-pesca, el cambio climático y la degradación del hábitat, son algunas de las causas principales de la extinción o reducción de muchas poblaciones marinas.

Para contrarrestar esta situación la ONU lanzó en Internet un atlas de los océanos, algo parecido a una enciclopedia online para aumentar el conocimiento del público sobre el medio ambiente marino y detener el daño que está causando la acción del hombre sobre los mares.

¿Quién dijo que todo está perdido?

Recientemente, la Oficina Nacional de Océanos australiana informó que un centenar de especies marinas desconocidas hasta ahora fueron encontradas por científicos australianos y neozelandeses en las aguas del norte del Mar de Tasmania, que separa a estos dos países.

Durante una expedición de exploración del fondo marino, los expertos descubrieron 500 tipos de peces y 1.300 de invertebrados entre las islas de Lord Howe y Norkfolk, y pudieron colocar cámaras en 169 estaciones de reconocimiento de14 sistemas montañosos submarinos.

A lo largo de su viaje observaron, mediante un escáner especial para el mapeo del suelo y las profundidades oceánicas, ejemplares de animales sólo vistos en dos ocasiones anteriores, como el Chaetodontopus ballinae (ballina anglefish) y nuevas especies de rayas y peces granaderos (coryphaenoides).

También tuvieron la oportunidad de observar una población de tiburones galápago, considerada una de las especies animales más saludable del mundo, y un fósil de un megalodón, tiburón extinguido con un tamaño que duplica al del gran tiburón blanco. Se espera identificar muchos animales más en las muestras recogidas; sin embargo, los especialistas señalaron la necesidad de realizar nuevas exploraciones en el fondo marino que rodea a Australia, uno de los más ricos en variedad de especies.

Industria farmacéutica

La primera noticia moderna del potencial de la farmacéutica con productos marinos llegó en 1951, cuando se descubrieron los nucleótidos en una esponja. Desde entonces, son múltiples los fármacos derivados de esa riqueza natural, entre los que se encuentran antivirales e inhibidores de la síntesis proteica que pueden ser útiles como anticancerígenos.

Científicos han identificado un compuesto derivado de las esponjas marinas, el alfa-galactosilceramida (GalCer), que podría prevenir el desarrollo de la diabetes tipo uno, o insulino dependiente. Además prolongó la supervivencia de los transplantes de células pancreáticas realizados en ratones.

Por otro lado, investigaciones llevadas a cabo en Estados Unidos sugieren que el cartílago de tiburón contiene una sustancia que limita significativamente el desarrollo de tumores. Los mismos expertos se han dedicado a evaluar su eficacia en pacientes con cáncer avanzado de próstata y de mama, y todavía no se conocen los resultados finales, pero los científicos se muestran muy optimistas.

La resistencia de los tiburones a las infecciones, incluso en aguas contaminadas con bacterias, despierta curiosidad en la comunidad científica. Aparentemente, la razón de esta peculiaridad, está en la presencia de escualamina, un esteroide con propiedades antibióticas contra hongos, protozoos y bacterias, que ha sido aislado del estómago, hígado, vesícula biliar, bazo y órganos sexuales del tiburón.

También se ha encontrado que la ecteinascidia turbinata, una especie marina que vive agrupada en el litoral del Caribe y en el Mediterráneo, sirve para controlar el sarcoma de los tejidos blandos y, por lo tanto, la tasa de supervivencia de los afectados por esta enfermedad.

La búsqueda de criaturas útiles en los océanos continúa; todavía queda mucho por descubrir, basta sólo pensar que contienen 75% de las especies vivas del planeta. A esa gran biodiversidad marina, de utilidad económica, alimenticia y farmacológica, es necesario protegerla para que todos podamos seguir beneficiándonos de ella.





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