Economía El espiral de la deuda |Según datos del Banco Mundial, en 1970 la deuda externa de los países pobres ascendía a 73 millones de dólares. En 1999 la cifra había trepado a 2.573 billones de dólares. A pesar de las diferentes iniciativas que han tomado las Instituciones Financieras Internacionales (IFIs) con el objetivo de reducir la deuda, la realidad muestra que ésta no ha parado de crecer vertiginosamente. La deuda es un fenómeno bastante reciente y, sin embargo, su papel en el marco político y económico internacional de este último cuarto de siglo ha sido fundamental. La deuda total acumulada por los países subdesarrollados ha crecido ininterrumpidamente, a pesar del progresivo aumento de los pagos. El aumento del importe hecho efectivo por los deudores en la amortización del capital e intereses de los créditos (servicio de la deuda) no tiene como consecuencia una reducción significativa del total adeudado ya que, por un lado, casi la mitad de lo que se paga en concepto de servicio de la deuda son intereses y, por otro lado, debido a un problema de solvencia los países deudores se ven constantemente en la necesidad de solicitar nuevos créditos para devolver los anteriores. Esta dinámica ha llevado a analistas a hablar del "espiral de la deuda", y ha determinado el surgimiento de organizaciones de la sociedad civil que promueven la condonación de la deuda a los países más pobres como única alternativa realista para alcanzar el desarrollo. Si bien algunos países acreedores y las IFIs han recogido algunas de estas propuestas las políticas implementadas hasta ahora se han probado como insuficientes para la resolución del problema general de la deuda. La crisis de la deudaLuego de terminada la Segunda Guerra Mundial Washington vio la necesidad de propiciar la reintegración de las economías europeas destruidas en una economía mundial capitalista, para detener un posible avance del comunismo en Europa. Con este fin, en julio de 1944, delegados de 44 países se reunieron en Bretton Woods, Estados Unidos, para establecer un sistema monetario que pusiera orden en los mercados cambiarios y favoreciera el comercio internacional. Como resultado de esta conferencia nacieron el Fondo Monetario Internacional (FMI), con el fin de fomentar el comercio mundial reduciendo las restricciones de divisas, y el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) -luego llamado Banco Mundial (BM)- destinado a ofrecer préstamos para infraestructura a la Europa de posguerra. El sistema monetario internacional que se puso en marcha le otorgó al dólar un papel protagónico; Estados Unidos poseedor, en ese momento, de más del 80% de las reservas mundiales de oro, fijaba su precio en dólares y se comprometía a comprar y vender el oro que se le ofreciese o demandase a ese precio. Las demás monedas fijaban sus tipos de cambio con respecto al dólar. Los bancos centrales de los países adheridos al sistema se comprometían a intervenir en los mercados de divisas para mantener el tipo de cambio de su moneda. En la década de 1960 Estado Unidos implantó políticas fiscales y monetarias expansivas, en parte con la intención de financiar la guerra de Vietnam sin aumentar los impuestos. Como consecuencia de esta expansión se generó inflación y el dólar perdió confianza. En 1971 las expectativas de devaluación del dólar provocaron una gran fuga de capitales de los Estados Unidos. Debido al miedo a una posible devaluación, algunos bancos centrales europeos intentaron convertir sus reservas de dólares en oro. Washington suspendió la convertibilidad del dólar en oro e implantó una sobretasa de 10% a las importaciones. Finalmente, en 1971 los 10 países-miembro del Grupo de los Diez (Estados Unidos, República Federal de Alemania, Japón, Reino Unido, Francia, Italia, Canadá, Países Bajos, Bélgica y Suecia) firmaron el "Acuerdo Smithsoniano", en el que se acordó devaluar el dólar y suspender la convertibilidad del dólar a oro. Al no haber cambios importantes en la política estadounidense, la crisis volvió a presentarse con mayor fuerza en 1977, lo que obligó a una flotación generalizada. Ese mismo año, como respuesta a la política monetaria de Estados Unidos, los países exportadores de petróleo provocaron una fuerte subida de los precios que tuvo como consecuencia la generación de una gran masa monetaria (conocida como "petrodólares"), cuyo excedente fue a parar a los bancos comerciales internacionales. Los bancos necesitaban invertir el dinero para poder declarar beneficios y pagar intereses y, en búsqueda de inversiones para sus nuevos fondos, hicieron préstamos a países en desarrollo sin considerar en qué se utilizaban los préstamos. Gran parte del dinero prestado en este período se gastó en compra de armamento, proyectos de desarrollo a gran escala y, en el caso de América Latina, se utilizó para financiar dictaduras militares. Con el segundo incremento del precio del petróleo en 1979 (originado por la Revolución Islámica de Irán) volvieron a aumentar los precios de los productos industriales y los tipos de interés real y disminuyeron los ingresos por exportaciones de los países menos desarrollados como consecuencia de la disminución de los precios de lproductos primarios y de la reducción del volumen total exportado. Las balanzas de pagos de los países menos industrializados se desequilibraron rápidamente y precisaron de nuevos créditos para hacer frente al pago de los servicios de la deuda. Así empezó una dinámica de hundimiento en la balanza de pagos de los países endeudados que tuvo su punto culminante en 1982, cuando México primero y otros países después, declararon su imposibilidad de hacer frente al pago de la deuda, dando origen a lo que se conoce como la "crisis de la deuda". A pesar de la rápida reacción de los bancos privados, los gobiernos de los países desarrollados y las Instituciones Financieras Internacionales (IFIs) (FMI, BM) para discutir nuevas propuestas, la alarma se propagó al mercado internacional y se desencadenaron una serie de movimientos especulativos que hicieron aumentar el valor del dólar, incrementando a su vez el valor de la deuda y empeorando la situación. Las únicas alternativas que se les ofrecía a los países deudores para enfrentarse a esta situación eran someterse a medidas financieras restrictivas de ahorro o endeudarse todavía más para financiar el déficit existente. Una de las medidas más seguidas por los países endeudados fue la renegociación de la deuda con los bancos privados internacionales, intentando alargar los plazos de amortización, así como la reducción de los intereses y la obtención de nuevos créditos favorables. Los bancos, sin embargo, empezaron a exigir condiciones para garantizar la solvencia del pago de la deuda anterior. La principal condición fue que los países endeudados tenían que llegar a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y someterse a sus políticas estabilizadoras (conocidas como los Planes de Ajuste Estructural, PAE) para equilibrar las balanzas de pagos. La crisis de la deuda modificó los objetivos de las instituciones de Bretton Woods. Con la devaluación del dólar en 1971 el FMI había perdido sus principales funciones, ya que los países no tenían más la obligación de mantener fijo su tipo de cambio. A partir de la década del 80 el FMI pasó a ser un agente de intervención rápida en épocas de crisis y un supervisor de las políticas económicas de los países. |
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