Mediocridad y medios
Los medios de prensa estadounidenses, que durante años gozaron de una gran reputación a nivel internacional, hoy padecen de opacamiento según manifiesta un estudio realizado para el Proyecto para la Excelencia en Periodismo por un centro de investigación asociado con la Universidad de Columbia. La industria periodística de Estados Unidos en la actualidad está perdiendo cada vez más adeptos, emplea a menos profesionales de la comunicación y tiene una marcada tendencia a la pérdida de calidad en la información que brinda.
Actualmente la prensa estadounidense, que durante varios años
gozó de buena reputación a nivel internacional,
debido a la gran amplitud de criterios -libertad, independencia
y objetividad-, sufre hoy una marcada crisis de credibilidad,
según un estudio realizado por el Proyecto para la Excelencia
en Periodismo a cargo de un centro de investigación asociado
a la Universidad de Columbia. Según el estudio, la industria
del periodismo en Estados Unidos está perdiendo cada vez
más seguidores. En la actualidad emplea a menos profesionales
y expertos de la comunicación, y muestra una marcada pérdida
en la calidad de la información que brinda.
De esta forma, los investigadores presentan un inquietante panorama
para la prensa y periodismo estadounidense en el joven Siglo XXI,
excepto para aquellos medios alternativos que, generalmente, operan
en internet o que apuntan a pequeñas comunidades de inmigrantes
como la de hispanoparlantes. Las causa de la poca credibilidad
en los grandes medios se encuentra en su mala calidad informativa
y sus frecuentes falacias, según muestra el estudio.
Los medios masivos de prensa -televisión y diarios- son
los que se encuentran en peor situación. La circulación
de periódicos cayó 11% desde 1990 hasta hoy, mientras
que el raiting de los informativos de la TV abierta descendió
34% en el mismo período. Por otro lado, pese a que desde
2001 se han sucedido un sinnúmero de noticias destacadas,
las corporaciones (canales pagos-tv por cable) que se dedican
a la información -Fox News, CNN, MSNBC- no vieron
incrementado su listado de abonados, sino que, en el mejor de
los casos, mantuvieron su clientela.
Más allá de la "fuga de audiencia", los
periodistas estadounidenses se enfrentan a una crisis creciente
de pérdida de credibilidad pública. Según
datos publicados por el Centro de Investigación Pew, el
número de ciudadanos estadounidenses que califican positivamente
el profesionalismo de los medios de comunicación, pasó
de 72% en 1985 a 49% en 2002. En el mismo periodo, la percepción,
por parte del público, de que los periodistas hacen todo
lo que este a su alcance por ocultar sus errores pasó de
13 a 67%.
A su vez, en la medida en que baja la audiencia, bajan las pautas
publicitarias, los ingresos de los medios y, esto deriva en reducción
de personal en las redacciones de los mismos, lo que a su vez
desgasta la confianza del público. En este sentido, comparando
los datos de 1990 con los actuales, los periódicos estadounidenses
han prescindido de 2.200 profesionales de la información.
De la misma forma, los servicios de prensa de las grandes cadenas
televisivas cuentan con un tercio menos de personal que en 1985
y, la mayor reducción de staff periodístico
se da en las radios, las mismas han prescindido de 44% de sus
empleados entre 1994 y 2001.
Los contenidos de la prensa actual apuestan, por sobre todo, a
la frivolidad y a la superficialidad; con una oferta desmedida
de valores opuestos a la ética periodística, llegándose
incluso a fabricar noticias que nunca existieron. Fenómeno
que también se puede ver últimamente en la prensa
latinoamericana. En muchos países de América Latina,
la profesión de periodista está perdiendo a pasos
agigantados el prestigio del que gozó durante décadas.
A raíz de los recortes de personal profesional de las plantillas
de los medios, los controles de calidad interno han ido desapareciendo
paulatinamente. Según el informe, ya no existe interés
en contrastar las distintas versiones sobre un mismo tema, ni
en contextualizar las noticias, quizás porque los periodistas
que se encuentran trabajando tienen que cubrir cada vez más
frentes informativos.
Durante los últimos años se ha producido una explosión
de contenidos triviales y subjetivos, con una inclinación
hacia el mundo de la farándula y la cobertura de los hechos
policiales. Pero, en cambio, cuando se ha debido mostrar imágenes
de soldados estadounidenses asesinados en Irak, la prensa oculta
las mismas bajo la excusa de no herir susceptibilidades. De igual
manera, se aplica la misma receta que a las víctimas civiles,
mujeres y niños de los bombardeos indiscriminados y periodistas
asesinados por soldados estadounidenses, imágenes que no
fueron, ni son, exhibidas por las grandes cadenas debido a "inconvenientes"
nunca especificados.
El informe muestra que en este clima de mediocridad, las nuevas
inversiones en medios de comunicación en Estados Unidos
se concentran más en la distribución y presentación
de noticias que en la búsqueda de información, en
privilegiar los salarios de los presentadores y "hombres
ancla" que en mejorar los ingresos de los trabajadores de
la información, bajo el imperio del nuevo concepto de que
son "las caras las que venden noticias", en detrimento
de la calidad del trabajo profesional de los periodistas.
Según el análisis de los contenidos investigados
para el estudio, el 68% de las historias repetidas hasta el cansancio
por los canales informativos de cable carecen de datos originales
y presentan un evidente énfasis en la velocidad en perjuicio
de la exactitud, característica que también reproducen
las versiones on line de estos mismos medios. Los autores
del análisis insistieron en que el buen periodismo hoy
es más necesario, y a la vez más difícil,
que nunca.
La información como negocio
Roberto Savio, Director fundador de IPS, explica que
los primeros medios de prensa estaban destinados a las elites
nacionales, con valores muy distintos de los actuales. Pone como
ejemplo al Times de mediados de siglo XIX, en el apogeo
del imperio británico, era mucho más literario que
el de hoy, y también más descubridor del mundo,
aunque con un enfoque basado firmemente en Londres. El vocabulario
que empleaba en aquel entonces incluía unas 17 mil palabras,
sin embargo, se calcula que el de hoy en día no usa más
de 5 mil.
A la vez que los medios de información se transforman en
empresas comerciales importantes, y su público, en un comienzo
de elite, se amplía y se vuelve masivo, cambian en forma
radical su función y sus características. Este fenómeno
se produjo principalmente en Estados Unidos, donde inmigraciones
masivas y heterogéneas imponen un crisol de culturas, y
forjan una identidad común basada en la retórica
y el idealismo de una nueva nación, dice Savio.
Es en Estados Unidos donde se realizan gran parte de la deontología
y los criterios profesionales del periodismo actual, orientados
al éxito en el mercado. No se busca el mejor producto posible,
sino la mejor venta posible. El noruego Johan Galtung realizó
una escala de valores de la información exitosa, con un
claro valor comercial. Pasa, o lo que es lo mismo, se vende con
mayor facilidad una información impactante, excepcional,
extraordinaria, que una sobre cosas habituales. Las personas conocidas
son más importantes que las desconocidas. Lo cercano al
público tiene más lectores que lo lejano. Todo lo
que es fácil se lee más y mejor que lo que es difícil.
Estos son algunos de los "principios", inculcados por
Galtung a sus estudiantes, para hacer que una noticia sea exitosa.
Según Savio, esta enumeración de "principios"
muestra por qué George W. Bush es un sujeto informativo
más importante que cualquier jefe de Estado del Sur en
desarrollo, excepto los que se transforman en sujetos excepcionales
porque el mundo industrializado los ve como individuos de singular
peligrosidad, por ejemplo Saddam Hussein.
También, que los países lejanos de los grandes centros
de poder sólo sean noticia debido a hechos excepcionales,
como catástrofes naturales, guerras o casos extraordinarios
de corrupción, manifiesta Savio. A su vez, significa que
la información privilegie los acontecimientos y no los
procesos, pese a que el destaque de acontecimientos aislados no
permite entender fenómenos globales como los relacionados
con el ambiente, los derechos humanos como base de las relaciones
internacionales, el papel de la mujer en la sociedad o la homogenización
de la cultura, enfatiza el mismo.
No hay diversidad en los medios
Tres sectores tienen interés en el negocio de los medios
de comunicación: el gobierno, el sector privado y la sociedad
civil. A pesar de que cada uno de los sectores tiene intereses
diferentes, siempre existe una superposición, especialmente
entre los intereses de los medios gubernamentales y del sector
privado.
La propiedad de los medios de comunicación ha experimentado
un vuelco radical durante la última década. La expansión
global de las economías neoliberales, los avances tecnológicos
y el surgimiento de acuerdos globales y regionales sobre comercio
multilateral han llevado a la concentración de la propiedad
de los medios de comunicación a lo largo del mundo.
El sistema global en el que 225 de las personas más
ricas tienen una riqueza combinada que es más o menos igual
al ingreso anual de los 2.500 millones de personas más
pobres del mundo, se refleja en los patrones de propiedad de los
medios de comunicación. Un puñado de corporaciones
de medios de comunicación internacional y regional como
AOL-Time Warner, News Corporation, General Electric, Sony, Vivendi,
Viacom, Televisa, Globo y Clarín controlan grandes secciones
del mercado de medios de comunicación.
Cerca del 35% de los periódicos que circulan en el Reino
Unido pertenecen a News Corporation de Rupert Murdoch. Silvio
Berlusconi controla tres de las cuatro estaciones privadas de
radiodifusión de Italia y, recientemente, ha designado
a un amigo suyo como jefe de la estación de radiodifusión
pública, RAI.
Esta reducción de la propiedad de los medios de comunicación
y el énfasis en el contenido orientado hacia el lucro ha
llevado a la disminución de opiniones, puntos de vista
y espacios para un debate informado. El contenido de los medios
de comunicación y los sistemas de distribución están
en manos de unas pocas corporaciones. Como resultado se le niega
acceso a gente común y corriente a los canales de los medios
independientes y a visiones alternativas de lo económico,
político y social.
En eventos de relevancia mundial en los que la batalla por
el apoyo de la opinión pública es vital, como fue
el caso de la última guerra en Irak, los medios masivos
de comunicación juegan un rol fundamental. La propiedad
de estos medios y su relacionamiento con las estructuras del poder
político cobran, por lo tanto, una gran importancia. En
la guerra en Irak los principales medios masivos de los Estados
Unidos (con alcance global) se convirtieron en los principales
portavoces de las administraciones de Bush y Blair, sin cuestionar
en ningún momento las intenciones y justificaciones del
gobierno.
15/04/2004
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