Derechos humanos

Discriminación en Latinoamérica
La población afro e indígena de Latinoamérica padeció siglos de exclusión, hoy día su mayoría vive en situación de pobreza. La población negra y mestiza alcanza a 150 millones de personas, equivalente a un 30% de la población regional. Concentrados en Brasil (50%), Colombia (20%) y Venezuela (10%), se estima que hay entre 33 y 40 millones de indígenas divididos en 400 grupos étnicos. Con excepción de Uruguay, donde fueron exterminados, en todos los países latinoamericanos hay indígenas.


En toda Latinoamérica, salvo en Uruguay donde fueron exterminados en 1831 por el presidente Fructuoso Rivera, parte de la población es indígena. Se distinguen del resto de la población blanca porque presentan niveles muy inferiores de acceso a la salud, educación, empleo, justicia y participación política. En gran número de casos han perdido sus principales medios de subsistencia básicos, su tierra y los recursos naturales. Es por eso que, desde hace varias décadas, emigran a las ciudades, donde sólo tienen acceso a trabajos precarios, mal remunerados y, en muchos casos, insalubres.


Según la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (CEPAL), entre los principales factores que inciden en la situación de pobreza por la que atraviesan estos pueblos, se destaca la "pérdida progresiva de tierras y el quiebre de las economías comunitarias". A estos factores se les suman los procesos de migración campo-ciudad y la estructura dinámica de la insercción laboral, tanto dentro de los espacios rurales como particularmente al interior de las ciudades.


En lo que refiere a salud, las minorías muestran un deterioro superior a la media de la población en general. En muchos países, los grandes proyectos de desarrollo tienen muchas veces consecuencias negativas para las poblaciones indígenas. La tala indiscriminada de bosques nativos, la extracción de petróleo y la construcción de embalses y represas han tenido para muchas comunidades indígenas consecuencias devastadoras.


Otro factor que destaca CEPAL es la educación. A los problemas de acceso y cobertura se agregan los de pertinencia pedagógica. En Ecuador, por ejemplo, sólo 53% de la población indígena accede a la educación primaria, 15% a la secundaria y apenas 1% a la educación universitaria.


Tampoco es buena la situación de la población afrodescendiente y mestiza. En Brasil, la población afrodescendiente sufre con mayor fuerza el desempleo, los bajos salarios y la falta de acceso a cargos políticos importantes. La discriminación también se refleja en la distribución desigual de los ingresos.


Por otra parte, CEPAL subrayó que para poner en práctica los acuerdos internacionales, es por demás necesario que los distintos Estados modifiquen sus constituciones e incorporen el reconocimiento de la diversidad étnico-racial, como lo señala el Convenio 169 de la OIT, que ya ha sido ratificado por Bolivia, Colombia, Ecuador, Guatemala, Costa Rica, Honduras, Paraguay, México y Perú.


Discriminación en Brasil

El Comité Contra la Discriminación Racial de la ONU recomendó a Brasil que ponga fin a las desigualdades que afectan a los afrodescendientes, mestizos e indígenas, solicitándole más información para evaluar la situación. Así lo indica un documento emitido por la ONU, al finalizar sus deliberaciones el mencionado Comité el pasado viernes 12 en Ginebra.


A su vez, el organismo mostró preocupación por las dificultades que el propio gobierno brasileño declara tener para aplicar efectivamente su legislación en materia se crímenes racistas. Recomendó al gobierno de Lula mejorar la capacitación de policías, jueces, fiscales y funcionarios que deben luchar para erradicar ese problema.


Al mismo tiempo, manifestó preocupación porque el analfabetismo en Brasil afecte de forma más importante a las comunidades indígenas y afrodescendientes, debido a que estos no suelen contar con los conocimientos suficientes acerca de sus derechos, en particular los democráticos, de elegir y ser elegidos para ocupar cargos públicos.


Además, la ONU reclamó a Brasil que garantice a las poblaciones indígenas una "posesión efectiva" de sus tierras, y que se informe con precisión sobre la cantidad de grupos que componen esas comunidades, y las disposiciones sobre uso, control, recursos y desarrollo de las tierras.


Mario Yutzis, presidente del Comité, agregó que era importante que Brasil reconociera el carácter multicultural de su población, pero que persisten en ese país aspectos residuales que es necesario desmantelar, como los abusos y la violencia, en particular las que sufren los pueblos indígenas.


Peligro de extinción

Según Diego Cevallos de Tierramérica, pese a que los gobiernos y las leyes garantizan la existencia de los pueblos indígenas aislados que sobreviven en las selvas amazónicas de Brasil, Ecuador y Perú, y en el Chaco paraguayo, su ruta a la extinción parece ya estar dibujada.


Lo que enfrentan los nativos aislados es un "verdadero genocidio cultural", dijo en una entrevista a Tierramérica Roberto Stavenhagen, relator especial de la Organización de las Naciones Unidas sobre Derechos Humanos y Libertades Fundamentales de los Indígenas.


Los nativos están decididos a vivir aislados y a no seguir el camino de extinción física y cultural de otros pueblos indígenas. Eso los ha llevado a matar ante la amenaza de los explotadores de caucho, madera, petróleo, oro y recursos genéticos. También avanzan sobre ellos religiosos, antropólogos y empresarios turísticos, y han sido presa de asesinos, como sucedió en mayo en la Amazonia ecuatoriana, cuando una decena de tagaeris, de los menos de 300 que aún sobreviven, fueron masacrados por indígenas huaoranis integrados a Occidente. El hecho estuvo vinculado al interés de empresas madereras interesadas en la explotación de tierras vírgenes.


“El sistema económico actual no respeta la diversidad cultural, y a los indígenas voluntariamente asilados se los considera un estorbo”, dijo a Tierramérica el indígena brasileño Sebastiao Manchineri, portavoz de la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica.


Según el estudio financiado por la ONU, "Amazonia sin mitos", cuando los europeos llegaron a América la zona selvática estaba ocupada por alrededor de dos mil pueblos indígenas, que sumaban unos siete millones de personas. Más de cinco siglos después, y tras explotación laboral, persecución y múltiples enfermedades que los nativos no conocían y para las cuales no tenían anticuerpos, quedan menos de 400 pueblos y unos dos millones de individuos, de los cuales menos de cinco mil aún se resisten a tener contacto con la “civilización”.


El problema en el caso de los indígenas es que “se tiende a considerarlos pueblos salvajes, fuera de la protección que rige para los demás ciudadanos”, señaló Cevallos. Si los gobiernos no toman medidas, los pueblos indígenas voluntariamente aislados serán eliminados sin que se pueda hacer nada al respecto, sentenció.


Esclavitud en Brasil

El actual gobierno de Brasil reconoció ante el Comité Contra la Discriminación Racial de la ONU, la vigente existencia de prácticas idénticas a la esclavitud, a las que estarían sometidas unas 25 mil personas. Pese a que la esclavitud fue eliminada legalmente del territorio brasileño en 1888, hoy en día se sigue practicando.


El embajador de Brasil ante la ONU, Tadeu Valadares, afirmó que dicha situación se eliminará, tal como se hizo en 2003 cuando más de 5.400 personas recuperaron su libertad de esta práctica aberrante. A su vez, agregó que el gobierno de Lula espera resolver todos los problemas de desigualdades sociales y destacó la existencia de más de 20 millones de analfabetos.

Agregó que el gobiernoapuesta a implementar un plan de integración para los más de 500 mil indígenas que viven en 600 zonas diferentes del país y que hablan unas 100 lenguas distintas, proporcionando una educación bilingüe y respetando las diferencias culturales.


Matilde Ribeiro, ministra de Igualdad Racial, señaló que el programa Hambre Cero, creado por la administración de Lula (ver informe "Lucha contra el hambre: de Betinho a Lula") será uno de los instrumentos a usar para la lucha contra el racismo. La ministra subrayó que nacen 650 mil niños al año que no son registrados, a los que "se buscará por todos los medios reconocerlos como ciudadanos". Sostuvo, también, que el gobierno garantizará los derechos civiles a todos los ciudadanos.

17/03/2004



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