Sociedad

La libertad de prensa amenazada
Latinoamérica es, según las estadísticas, una de las zonas más peligrosas para los periodistas. Medios e información objetiva están sujetos a los gobiernos y al poder económico. La profesión del periodista es considerada muy comprometida en la órbita de los países latinoamericanos. Salvo excepciones, hay muchos países en los que los gobiernos no permiten críticas a sus mandatarios.

El peridismo objetivo y la libertad de prensa es la máxima aspiración de todo periodista. El hecho de informar para un medio y, en la mayoría de los casos, de convivir con círculos de poder, condiciona a los profesionales de la información y hace que los principios e ilusiones de juventud queden a un costado, para poder vender su trabajo y vivir de ello. En América Latina, tanto la libertad como la objetividad de la prensa están condicionados a los gobiernos de turno y a los círculos de poder económico. Según estadísticas, Latinoamérica es una de las zonas más peligrosas para los periodistas.

Además de la presión habitual sobre los periodistas y su forma de ver y contar la realidad, la existencia de censura gubernamental se justifica con el argumento de cuidar la estabilidad política y social. Las situaciones más complejas se dan en Colombia y Cuba, ya que en otros países pese a que la convivencia entre información y poder es díficil la primera sobrevive. Colombia vive un conflicto armado desde hace más de 30 años y los periodistas se encuentran en la línea de fuego de todos los frentes. La democracia en Colombia no garantiza la vida de los que se arriesgan para informar de la situación.

Sin embargo, el periodista que se infiltra en un país en guerra o en una guerrilla sabe a lo que se expone. La muerte de un periodista puede parecer un mal necesario, si queremos recibir información veraz, y ellos también lo saben.

Situación mundial

Las limitaciones de la libertad de prensa no sólo abundan en América Latina. La guerra de Irak ha mostrado la manera de informar de las grandes cadenas de la noticias afines con el gobierno estadounidense. El periodista estadounidense Peter Arnett, logró que la CNN fuera la cadena de noticias más vista en la primera guerra del Golfo en 1991 y luego pasó a la cadena NBC. Durante la última guerra contra Irak, el periodista ofreció una entrevista a la televisión iraquí y fue despedido al momento por dicha cadena por su actitud, calificada como anti-americana y opuesta al gobierno.

También en Europa hay ejemplos. En el País Vasco, el gobierno español ha prohibido en varias oportunidades el periódico que defendía el nacionalismo, publicado en euskera. A su vez, periodistas españoles se encuentran bajo amenazas de la banda terrorista ETA, cuya organización ha reiterado públicamente en numerosas ocasiones que ellos son uno de los principales objetivos, además de haber perpetrado varios atentados que terminaron con la vida de reporteros considerados "opositores".

En todas partes del mundo los periodistas están atados a distintas presiones de las que no pueden escaparse. Los grandes grupos de comunicación están apoyados por gobiernos o por poderes económicos que decisivamente influyen en la vida y rentabilidad del medio. La información objetiva sólo está permitida si no perjudica a nadie con suficiente influencia y poder que pueda hacer tambalear la vida del medio.

Informe de Reporteros sin Fronteras

La organización internacional no gubernamental Reporteros sin Fronteras (RSF), con sede en París, publicó un informe sobre la situación de la libertad de prensa y de los periodistas en todo el mundo. Regis Bourgeat, responsable de la sección Américas de RSF explicó a Radio Nederland los aspectos principales del balance anual, centrándolos principalmente en América Latina. "Disponemos de corresponsales en más de 100 países y tenemos relaciones con diversas organizaciones defensoras de derechos humanos y de la prensa y así hemos llegado al actual balance en el mundo", agregó Bourgeat.

El año pasado, 25 periodistas fueron asesinados, por lo menos 692 fueron detenidos y 1.420 agredidos o amenazados mientras 389 medios de comunicación fueron censurados, de acuerdo al informe. "Una cifra que nos afecta especialmente, es la de los periodistas encarcelados, que son más de 118 hasta el momento y para quienes nosotros pedimos la liberación incondicional" apuntó Bourgeat.

Sin embargo, en algunos indicadores la situación ha mejorado ya que en 2003 el número de asesinatos se redujo, respecto al año 2002, de 31 a 25 víctimas. Pero si se toma el número de periodistas agredidos y amenazados, la cifra se duplicó de un año al otro.

En los países de América Latina la situación se mantuvo o empeoró, como en Argentina, Venezuela, Haití y, en cierta forma, en Colombia, donde se observaron varios intentos del presidente Álvaro Uribe para que el Estado restrinja el derecho a informar, lo que no sucedía en los años anteriores.

El informe señala que en América Latina, a pesar de los excesos señalados, no existe una censura oficial de las libertades de prensa, salvo en Cuba, donde la situación de los periodistas es bastante dramática. "Desgraciadamente - responde Regis Bourgeat- no creo que vaya a haber mejoría".

El gobierno del presidente Castro cambió la Constitución para establecer que será irrevocable, lo que quiere decir que no cambiará nada mientras él esté vivo. De acuerdo a Bourgeat, la Constitución dice que los medios de comunicación no pueden ser de propiedad privada y esta afirmación se ha convertido ahora en un dogma, irrevocable.

17/11/2003

 

No hay diversidad en los medios

Tres sectores tienen interés en el negocio de los medios de comunicación: el gobierno, el sector privado y la sociedad civil. A pesar de que cada uno de los sectores tiene intereses diferentes, siempre existe una superposición, especialmente entre los intereses de los medios gubernamentales y del sector privado.

La propiedad de los medios de comunicación ha experimentado un vuelco radical durante la última década. La expansión global de las economías neoliberales, los avances tecnológicos y el surgimiento de acuerdos globales y regionales sobre comercio multilateral han llevado a la concentración de la propiedad de los medios de comunicación a lo largo del mundo.

El sistema global en el que 225 de las personas más ricas tienen una riqueza combinada que es más o menos igual al ingreso anual de los 2.500 millones de personas más pobres del mundo, se refleja en los patrones de propiedad de los medios de comunicación. Un puñado de corporaciones de medios de comunicación internacional y regional como AOL-Time Warner, News Corporation, General Electric, Sony, Vivendi, Viacom, Televisa, Globo y Clarín controlan grandes secciones del mercado de medios de comunicación.

Cerca del 35% de los periódicos que circulan en el Reino Unido pertenecen a News Corporation de Rupert Murdoch. Silvio Berlusconi controla tres de las cuatro estaciones privadas de radiodifusión de Italia y, recientemente, ha designado a un amigo suyo como jefe de la estación de radiodifusión pública, RAI.

Esta reducción de la propiedad de los medios de comunicación y el énfasis en el contenido orientado hacia el lucro ha llevado a la disminución de opiniones, puntos de vista y espacios para un debate informado. El contenido de los medios de comunicación y los sistemas de distribución están en manos de unas pocas corporaciones. Como resultado se le niega acceso a gente común y corriente a los canales de los medios independientes y a visiones alternativas de lo económico, político y social.

En eventos de relevancia mundial en los que la batalla por el apoyo de la opinión pública es vital, como fue el caso de la última guerra en Irak, los medios masivos de comunicación juegan un rol fundamental. La propiedad de estos medios y su relacionamiento con las estructuras del poder político cobran, por lo tanto, una gran importancia. En la guerra en Irak los principales medios masivos de los Estados Unidos (con alcance global) se convirtieron en los principales portavoces de las administraciones de Bush y Blair, sin cuestionar en ningún momento las intenciones y justificaciones del gobierno.




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