Tentáculos del SIDA: más allá de la salud
Pasadas más de dos décadas desde la aparición de los primeros casos de SIDA, hoy día la pandemia está despoblando África, expandiéndose en Asia y sigue siendo incontrolable en el resto del mundo. No sólo no se ha descubierto la vacuna que permita erradicar la enfermedad sino que se suelen dejar de lado los pliegues sociales, institucionales, culturales, económicos a los que afecta. Puede desmoronar sociedades, arruinar economías e, incluso, provocar guerras de consecuencias imprevisibles. Hoy día, se puede decir que la pandemia se ha feminizado, ha dañado la economía de países enteros y dejado en la orfandad a millones, afectado el equilibrio de géneros. Para los centros de poder, se ha convertido en una amenaza geopolítica.
1. Feminización.
Si en Occidente, en un comienzo, se consideró que el SIDA
atacaba primordialmente a los varones homosexuales, ya hace tiempo
que la pandemia -especialmente en África- afecta principalmente
a las mujeres. En el período 1999-2001, el porcentaje de
mujeres creció del 41 al 47% entre el total de infectados;
a este fenómeno se lo ha denominado "feminización
del Sida" y se debe, al menos en parte, al hecho de que muchas
mujeres no pueden controlar cuándo y con quién tienen
contacto sexual y que, en muchos lugares del mundo, no se les
permite, ni se les alienta, a entender su propio cuerpo, lo que
las vuelve más vulnerables.
En África, el SIDA causa 10 veces más muertos que
las guerras. Si en el año 1998, 200.000 africanos murieron
a causa de conflictos armados, fueron 2 millones los que fallecieron
a causa de la pandemia. En términos de género, la
pandemia se presenta como lo contrario a los conflictos bélicos,
ya que si luego de las guerras los países a menudo viven
escasez de varones -como Francia luego de la Primera Guerra
Mundial, Rusia después de la Segunda o Paraguay tras
la Guerra de la Triple Alianza- la epidemia está
provocando una escasez de mujeres en África que augura
que en un futuro cercano habrá 11 hombres por cada 9 mujeres
en ese continente
Según señaló Population Reports, publicación
de la Universidad Johns Hopkins, en Sudáfrica, durante
la exhibición de una obra de teatro representada en la
calle que trataba de alertar sobre el SIDA, "un público
integrado por 1.000 hombres vitoreó al personaje masculino
cuando le pegó a su esposa porque ésta le propuso
usar un condón''. Si bien los condones femeninos pueden
comprarse en algunos países de África Occidental,
su precio es relativamente alto. En Senegal, por ejemplo, uno
de esos preservativos cuesta cerca de 1,7 dólares, 24 veces
más que el precio de uno masculino, lo que de por sí
implica una forma de discriminación.
En muchos casos, las infectadas son niñas y adultas víctimas
de violaciones, a manos de desconocidos, de soldados saqueadores,
o de sus propios esposos (entre 16 y 52 % de las mujeres de este
mundo han sufrido abusos físicos por parte de su pareja
al menos una vez en la vida, en muchos casos, el abuso consiste
en una violación sexual). La violencia de género,
y el temor a la misma, provocan en muchos casos la sumisión
de las mujeres y, con ella, aumenta la posibilidad de que sean
infectadas. La prostitución, el tráfico sexual y
el turismo sexual, formas de explotación arraigadas en
el planeta, también son un factor que favorece la feminización
de la enfermedad.
Epidemiológicamente, las mujeres también serían
más vulnerables. Se estima que el semen tiene una concentración
mucho mayor de VIH que el fluido vaginal, lo que hace a
las mujeres correr mayor riesgo de adquirir el virus, más
aún en los casos frecuentes en los que el contacto sexual
tiene lugar en la edad en que la superficie mucosa todavía
es tierna o cuando está dañada debido a rituales
y prácticas tales como la mutilación genital o los
matrimonios tempranos, etc.
2. Niños, huérfanos, nonatos
Estudios realizados por la Organización Mundial de la
Salud en 11 países africanos muestra que la incidencia
de esa infección en mujeres de 20 a 24 años de edad
triplica a la registrada en hombres y es cinco veces mayor entre
adolescentes del sexo femenino que entre varones del mismo tramo
de edad. La pandemia de SIDA en África, además de
reducir la expectativa de vida, elevar la mortandad y disminuir
la fecundidad, no sólo está dejando menos mujeres
vivas sino además produciendo millones de huérfanos:
el 90 % de los 11 millones de huérfanos que dejó
el SIDA hasta 1999 son africanos.
Según un informe de UNICEF sobre Asia, la propagación
del virus habría triplicado la población de huérfanos
para el año 2000. Actualmente, el número de niños
y niñas que tienen padres infectados con el VIH es mucho
mayor que el número de los ya huérfanos. Huérfanos
del SIDA, según el informe, son aquellos menores de 15
años que perdieron al menos uno de sus padres por esa enfermedad.
La cantidad de huérfanos del SIDA aumentó cuatro
veces de 1994 a 1997 en Camboya, Malasia e India, y también
en países africanos como Botswana, Namibia, Sudáfrica
y Swazilandia. En ese período, creció más
de tres veces en Vietnam y Myanmar, más de 200 % en Pakistán
y más de 100 % en Papúa-Nueva Guinea.
La creciente incidencia del VIH en la población infantil
es un indicador del rápido contagio. En Asia, el virus
comenzó a propagarse hace poco más de una década.
A fines de 1997, India contaba con unos 48.000 niños infectados,
el triple que en 1994. En China y Vietnam, que tenían bajos
índices de VIH, la tasa de infección infantil se
cuadruplicó entre 1994 y 1997.
El aumento de la epidemia entre los niños indica un incremento
de la infección en los sectores más vulnerables
de la sociedad. Esos niños, socialmente aislados debido
al estigma de la enfermedad, tienen menos probabilidades de ser
inmunizados y más de padecer desnutrición, de permanecer
analfabetos y de ser víctimas de abuso.
Cerca de 3% de las embarazadas entre 15 y 19 años que se
atienden en clínicas prenatales de grandes ciudades de
Camboya están infectadas. En Tailandia la proporción
es de 2%; en Myanmar, 1%. Según datos de ONUSIDA (Programa
Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA) y la Organización
Mundial de la Salud, India está en el lugar número
10 en la lista de países (el resto de los cuales son africanos)
con el mayor número de niños que viven con VIH/SIDA.
El virus reduce la fecundidad. Para la fecha en que los síntomas
aparecen, las infectadas están un 70% menos proclives a
quedar embarazadas que aquellas no tocadas por el virus. Debido
a que las mujeres africanas generalmente mantienen relaciones
sexuales con varones mayores que ellas -y que éstos tienen
más posibilidades de estar infectados-, las mujeres contraen
más tempranamente la enfermedad y mueren antes de que sean
completados sus años reproductivos.
3. SIDA y presupuesto nacional
Africa subsahariana alberga a 69 % de la población seropositiva
de todo el planeta, pero la lucha contra el SIDA en el continente
y el subcontinente recibe como máximo 1% del presupuesto
destinado a la salud. Sólo tres países en desarrollo
destinan más de 1% del presupuesto de salud a la lucha
contra la pandemia. En el África subsahariana, la región
más afectada del mundo por el SIDA, sólo Senegal,
Zambia y Uganda han desarrollado políticas definidas de
lucha contra la enfermedad.
En Asia, el VIH/SIDA crece tres veces más rápido
que los fondos destinados a hacerle frente. Antes de la crisis
económica de 1997, el presupuesto de los países
asiáticos apenas daba abasto para brindar los servicios
básicos de asistencia. Tras la crisis, la situación
empeoró.
En el año 2001 hubo en la región 3,4 millones de
nuevas infecciones con VIH, que llevaron el total de infectados
a 28,1 millones. Ese año murieron de SIDA unos 2,3
millones de africanos
4. Expectativas de vida, expectativas económicas
La expectativa de vida, un indicador clave del crecimiento económico,
está cayendo rápidamente en África. En Zimbabwe,
de no mediar el flagelo de HIV, la expectativa de vida para 2010
hubiera sido de 70 años. Debido al virus, se espera que
caiga a menos de 35 años. En Sudáfrica caerá
de 68 a 48 años y en Zambia de 60 a 30. "Estas tasas
son más propias de la Edad Media que de la edad moderna",
señaló Lester Brown, director del Worldwatch Institute,
quien agregó que, a menos que se dé un milagro médico,
casi todos los 24 millones de africanos infectados con el virus
morirán. Por su parte, el secretario general de Naciones
Unidas, Kofi Annan, ha expresado que, debido al SIDA, un
país como Sudáfrica habrá perdido 22.000
millones de dólares en producción nacional para
el año 2010.
5. Círculo vicioso
La enfermedad y la pandemia conforman un círculo vicioso.
La persistencia de la pobreza, en los países menos desarrollados,
a la vez, convierte a estas naciones en reservorios de infección.
Lo mismo sucede en términos de género: los hogares
encabezados por mujeres, en general más pobres que el resto,
son particularmente vulnerables a los efectos económicos
de la enfermedad, y a la enfermedad misma. Si bien indirecta,
la relación entre la enfermedad y la inestabilidad política
es considerada algo real. El severo impacto social y económico
de las enfermedades infecciosas amenaza intensificar la lucha
por el poder político y el control de los recursos del
estado.
6. El virus y la seguridad de Washington
Un informe de la CIA, titulado La amenaza de las
enfermedades infecciosas globales y sus implicaciones para Estados
Unidos establece que la expansión del SIDA/HIV en África,
Asia y los países que conformaran la Unión Soviética,
el mal debería ser considerado como problema de "seguridad".
Esta es la primera vez que la CIA se interna en temas de salud.
Durante la administración Clinton, Washington llegó
a la evaluación de que la pandemia puede desestabilizar
gobiernos, por ejemplo africanos o asiáticos, lo que lo
convierte en problema de seguridad para Estados Unidos.
Para la CIA, las enfermedades nuevas, así como los rebrotes
de viejos males serán una creciente amenaza global durante
los próximos 20 años. Estas enfermedades amenazarán
a las tropas estadounidenses en el extranjero, exacerbarán
la inestabilidad política y social en países y regiones
"clave" para los intereses de Washington. Además,
el hecho de que el SIDA se disemine fuertemente entre los ejércitos
muchas veces implicados en casos de violación de niñas
y mujeres, favorecería la existencia de "individuos
inestables" (aquellos contagiados) en posiciones de mando
y con acceso a arsenales militares, en algunos casos, nucleares.
Desde la perspectiva estadounidense, el SIDA -que será
responsable de la mitad de las muertes causadas por enfermedades
infecciosas en los países no industrializados- presenta
una amenaza tanto en la ex Unión Soviética como
en Asia, donde abundan las armas nucleares. Este escenario, completado
por aquellos "individuos inestables e infectados" con
acceso a arsenales nucleares, ya está representado en decenas
de películas apocalípticas producidas por Hollywood.
Sin embargo, desde el 11 de setiembre de 2001, en Washington el
miedo está lejos de ser virtual. De acuerdo a algunos analistas,
es probable que el VIH/SIDA se convierta en un motivo de fricción
política y económica entre Estados Unidos y los
países del Sur, porque la superpotencia podría imponer
embargos comerciales con el objetivo de bloquear cualquier posible
fuente de infección.
14/04/2003
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