Sociedad

Las niñas perdidas de China (parte I)
En 1979, ante el extraordinario índice de crecimiento demográfico de su población, que se acercaba a los mil millones de habitantes -un quinto de la población mundial- el gobierno de la República Popular China decidió establecer una severa política de planificación familiar, que consistía en restringir la reproducción de las parejas a un sólo niño. La política se llamó "Una familia, un niño". Para reducir la fecundidad, el gobierno impuso multas a los padres que tuvieran más de un niño, aumentó la edad para contraer legalmente el matrimonio y exigió la utilización de métodos anticonceptivos como el DIU, el aborto y la esterilización definitiva. La política fue efectiva en la reducción de la tasa total de fecundidad. Si bien el objetivo planteado era no superar los 1.200 millones de habitantes para el año 2000 y el censo de ese año reveló que la población se acerca a los 1.300 millones -lo que podría entenderse como un fracaso del programa-, se estima que de no haberse implementado esta política el país actualmente estaría habitado por 1.600 millones de personas (actual proyección de la población de China en el año 2050). Sin embargo, lo que este programa favoreció, a lo largo de 24 años, fue el ocultamiento y exterminio masivo de millones de niñas -el género indeseable en la sociedad china- antes o después de su nacimiento, y la consecuente erradicación de su potencial reproductivo.

Cuando en 1979 el gobierno chino, preocupado por la población en aumento y la escasez de alimentos y agua para abastecer a toda la nación, comenzó a limitar la reproducción a un hijo por pareja, muchos intentaron que ése único hijo fuera un varón. El programa contemplaba algunas excepciones: en las zonas rurales se autorizaba un segundo hijo para ayudar en las faenas del campo, si la primogénita era una mujer, y sólo después de pasados varios años del nacimiento del primero; a ciertas minorías étnicas se les permitía tener hasta tres hijos.

La preferencia del hijo varón es tradicional en China. Algunos estudios sugieren que el recorte en el número de mujeres ya era un dato en las crónicas de la China Imperial y la era republicana. Los hombres heredan el linaje y se ocupan de cuidar a los padres durante su vejez. Las mujeres se casan y se dedican al cuidado de su familia política. A lo largo de distintas épocas y situaciones, las familias chinas usaron el infanticidio para afectar el tamaño y la composición de género de sus familias. Debido a la actual limitación impuesta del hijo único, muchas parejas sólo tienen una chance legal de tener un hijo y deciden confiar en las máquinas de ultrasonido para identificar los fetos y abortar a las niñas. En las zonas rurales -donde viven aproximadamente dos tercios de los casi 1,300 millones de habitantes- el programa admite un segundo hijo, pero si la primogénita es mujer, con frecuencia se aborta a la segunda niña hasta obtener el varón deseado, o se la abandona apenas nacida.

Más del 90 % de la población infantil que custodian los orfanatos son niñas abandonadas -muchas de ellas, segundas hijas de familias campesinas- entre 1 y 4 años de edad. Muchos campesinos consideran que sería una gran deshonra para sus ancestros no tener un heredero masculino. A menudo, las parejas cuyo primer hijo fue varón firman el certificado de un niño por familia, mientras que aquellos cuyo primer hijo es una niña continúan intentando tener un niño, exponiéndose a pagar multas irrisorias, o, como ha ocurrido en áreas rurales alejadas de centros poblados, la destrucción de la vivienda por parte de oficiales de Planificación Familiar. En el condado de Rongshui, un área muy pobre donde las etnias miao y dong son mayoría, los padres que tienen más de dos hijos deben pagar una multa de unos 6.000 dólares, aunque el ingreso anual promedio de los campesinos es de apenas 60 dólares. A modo de ejemplo, los habitantes de Tibet tenían un ingreso promedio de 938 dólares anuales en 2002, el más alto de las 11 provincias, municipalidades y regiones autónomas de China occidental. En Yunnan, entretanto, el ingreso promedio anual per cápita fue de 919 dólares.

Las niñas guardadas

En medio de una revisación de rutina, realizada a un ómnibus interprovincial en un peaje de la ciudad de Binyang, provincia sudoccidental de Guangxi, la policía china halló, un cargamento de 28 bebés encerradas en maletas y escondidas en la bodega y tras los asientos del coche. Una de las niñas estaba muerta. Todas presentaban signos de hipotermia y habían sido drogadas para evitar el llanto. La más chica tenía unos pocos días de vida, y el resto no superaba los tres meses de edad. Entre los 20 sospechosos arrestados por el hecho, la mayoría eran mujeres de mediana edad de Binyang. Nadie reclamó a las bebés. De acuerdo a un oficial de policía involucrado en la investigación, posiblemente el motivo de este tráfico se debiera a las políticas de planificación familiar impuestas por el gobierno, ya que, con el fin de evitar las multas y tras haberse -probablemente- excedido en el número reglamentario de hijos, los padres hubieran intentado librarse de las niñas por un algo de dinero, destinándolas al tráfico de órganos o, con mejor suerte, a la adopción ilegal, a menudo ejercida por parejas infértiles.

Una familia, un niño

La primera campaña de planificación familiar se había lanzado en 1972. En aquel entonces las mujeres en China tenían un promedio de casi seis niños. La campaña, desarrollada bajo el lema “no al matrimonio juvenil, mayor espaciamiento entre embarazos y menos niños”, sugería que las personas debían esperar más tiempo para contraer matrimonio y tener hijos, prolongaran el tiempo transcurrido entre un embarazo y otro y tuvieran familias más chicas. La evaluación de este primer acercamiento a la planificación familiar fue positiva. El mensaje sobre el control de natalidad había llegado a las masas y durante los años siguientes la fecundidad descendió, de 5,8 niños por mujer en 1970 a los 2,7, alcanzados en 1979, cuando se implementó el programa "Una familia, un niño".

En 1984 el programa exigió que la edad legal para contraer matrimonio se elevara de 18 a 20 años. La edad recomendada oficialmente ha sido mayor: 23 para las mujeres de las áreas rurales y 25 para las de áreas urbanas. De acuerdo a Shen Yim, investigador del Departamento de Estadísticas Demográficas de Beijing, desde 1982, la edad del matrimonio ha sido, en promedio, de más de 20 años en todas las provincias de China.

La evaluación oficial de la política de planificación familiar insiste en los resultados positivos. De acuerdo a China Internet Information Center, "gracias a la práctica de la política de planificación familiar, la gente ha cambiado sus conceptos sobre el matrimonio, la procreación y la familia, y acepta la política de los casamientos y procreación tardíos y de poco número y la eugenesia", al tiempo que se "libra a las mujeres de procreaciones frecuentes y cargas familiares pesadas, y mejora la salud materna e infantil". Según Zhang Weiqing, ministro de la Comisión de Planificación Familiar Estatal, la política de un solo hijo -que prometía mantener la población del país por debajo de los 1.300 millones de habitantes antes del 2000- vitó 330 millones de nacimientos en las últimas tres décadas.

El programa de reducción de fecundidad ha sido exitoso en su objetivo de reducir la tasa de natalidad. En áreas urbanas tales como Beijing y Shangai, por ejemplo, la política se ha acatado. En las áreas rurales, entretanto, se alcanzó un promedio aproximado de dos niños por familia. Sin embargo, los efectos de esta política ya están determinando un absoluto desequilibrio entre las poblaciones masculina y femenina. Los 24 años de implementación de esta política ahora revelan que la población femenina ha disminuido notoriamente, y que la media registrada en todos los países -por cada 105-106 varones nacen 100 niñas- no se cumple en China, donde en la actualidad nacen 116,9 niños cada 100 niñas.

El índice de masculinidad en China, de acuerdo a estudios y censos, se ha elevado sostenidamente desde fines de 1970. La proporción por sexos comenzó a desequilibrarse a fines de 1980, cuando las máqunas portátiles de ultrasonido llegaron a aldeas y zonas de difícil acceso en China. En la provincia Hubei el número de niños nacidos por cada 100 niñas aumentó de 107 en 1982 a 109,5 en 1989. En 1995, alcanzó 130,3 niños por cada 100 niñas. En 1998, el diario Shanghai Express informaba que una encuesta gubernamental manejaba la proporción en 120 por cada 100 niñas.

La proporción de natalidad femenina se controla a través de distintos recursos: la omisión deliberada en el registro de las hijas mujeres en censos y estudios estadísticos, infanticidio, abandono, negligencia criminal; aborto selectivo.

El procedimiento es simple

En China existen más de 200 mil clínicas y consultorios "locales" que cuentan con modernos aparatos de ultrasonido. De acuerdo a un artículo publicado por el diario mexicano La Jornada, en Ping Yu, las mujeres entrevistadas plantean que "el procedimiento es simple", ya que ni siquiera es necesario viajar las 100 millas al noreste para llegar a Beijing. Pueden ir simplemente a la ciudad de Shi Du, a menos de media hora de ómnibus donde los médicos tienen fama de estar dispuestos y de contar con los recursos para hacer el análisis que permita decirle a la madre el sexo de su futuro hijo. Si bien el aborto seleccionado por sexo está prohibido, el examen por ultrasonido, que determina fácilmente el sexo, es cotidianamente conseguido mediante soborno.

Según Chen Shengli, representante de la Comisión Estatal de Planificación Familiar, en las clínicas públicas de la provincia, el ultrasonido debe ser administrado por dos médicos, que deben jurar por escrito que hicieron el análisis por razones médicas. En la provincia de Shandong, donde la proporción entre los sexos ha llegado a ser de 125 varones por 100 mujeres, se empezó aplicar, en enero de 1999, una nueva ley prohibiendo a los médicos la posesión de aparatos de ultrasonido e incluso hacer abortos. Los aparatos de ultrasonido bidimensionales sólo pueden establecer el sexo de un feto en el cuarto o quinto mes de embarazo. Esto determina que se realicen abortos tardíos, con complicaciones de salud permanentes para las mujeres intervenidas.

Aunque los técnicos en ultrasonido no digan específicamente si se trata de un niño o una niña, pueden sonreír o fruncirse para indicar el sexo del feto, declaró el investigador chino Chu Junhong en la publicación estadounidense Population and Development Review. De acuerdo con las estadísticas oficiales, el 97,5% de los bebés abortados son niñas.

Las niñas ausentes

El censo 2000 en China contó aproximadamente 12,8 millones de niñas menos en las cohortes nacidas entre 1980 y 2000 que las que hubieran nacido si China tuviera tasas de natalidad respecto al sexo normales y patrones de mortalidad independientes de la condición de género. Entre estas 12,8 millones de niñas existen, por un lado, las que están verdadera y definitivamente perdidas (las víctimas de abortos selectivos, de negligencia y abandono luego del nacimiento, las adoptadas por matrimonios extranjeros que las llevan al exterior) y las nominalmente perdidas (no contadas en los censos, excluidas de los registros estadísticos), quienes están vivas pero escondidas de los conteos de población. De acuerdo al informe Los efectos de las "niñas desaparecidas" en el crecimiento demográfico de China, publicado por Cai Yong y William Lavely en la Universidad de Washington, un tercio de las nominalmente ausentes está "escondida" y dos tercios están realmente ausentes de la población, lo que significa que el número de niñas verdaderamente perdidas nacidas entre 1980 y 2000 es aproximadamente de 8,5 millones.

Según el informe de Yang y Lavely, la influencia a largo plazo de las niñas ausentes en la población es considerable, puesto que su potencial reproductivo también se pierde. Se puede suponer que las niñas que ya faltan pueden reducir la futura población china en 3,2% en 100 años. Esto implicaría que la población de China dentro de 100 años sería un 5,4 % menor que lo que hubiera sido si las niñas nunca hubieran faltado. Y si las cifras de las faltantes en el año 2000 continuaran por 100 años, la población de China se reduciría un 13,6%.

No más de un tercio de las nominalmente perdidas en el rango de edades entre 0 y 4 años estaría escondido. Esto significa, según Yang y Lavely, que el número de niñas verdaderamente ausentes en las cohortes de nacidas entre 1980 y 2000 es de 8,5 millones. La publicación "Análisis Internacional" propone un número aún mayor: estima que a partir de las políticas de planificación en China "dejaron de nacer" entre 10 y 20 millones de niñas. "Esta estimación es útil, porque, a diferencia de las niñas escondidas, las verdaderamente ausentes nunca van a la escuela, nunca se suman a la fuerza laboral, nunca se casan y nunca tienen niños. En virtud de su ausencia tienen efectos demográficos reales", apuntan Cai y Lavely.

La influencia en el crecimiento no aparece tanto en la eliminación directa de las niñas de la población, sino por la eliminación de su potencial reproductivo. Una niña ausente no sólo no contribuye con el total de población, tampoco lo hará su hija, ni la hija, ni la hija de su hija. De acuerdo a las conclusiones de este informe, el potencial reproductivo de las niñas verdaderamente perdidas se pierde para todas las futuras generaciones.

El estado de la población en China

China tenía 1.294.377.000 habitantes en 2002. La población está desigualmente distribuida geográficamente. El 95% de la población vive en la mitad sudoriental del país. El gobierno central ha tratado de estimular la migración al noroeste, ofreciendo incentivos económicos a quienes se muden al Tibet, Qinghai y Gansu. Esta política ha creado un conflicto étnico entre las poblaciones no hans en el noroeste y los inmigrantes hans, quienes reciben mejores pagos y beneficios. Entre 1982 y 1990 la población urbana china aumentó de 21% a 26%. Actualmente, 36% de los pueblos chinos son habitantes urbanos. Se estima que entre 700 y 800 millones de personas viven en áreas rurales.

Las tasas de fecundidad varían enormemente entre áreas urbanas y rurales. Si bien actualmente la tasa global de fecundidad total del país es de 1,82 hijos por mujer, sus valores varían enormemente dentro del territorio. Mientras que en las zonas urbanas las tasas no superan 1,2 hijos por mujer, en las rurales las mismas no bajan de 2,5 hijos por mujer. Sin considerar la inmigración como variable capaz de alterar el número de habitantes de China, la población urbana en la franja de edades entre 25 y 35 años disminuiría en el correr de la próxima década, cuando la generación del "único hijo" alcance la adultez. Se estima que la población del país será de 1.600 millones para el año 2050.

La tasa de crecimiento en China se redujo promedialmente un 1,07% por año entre 1990 y 2000. En 2001 era de 0,88%. Si bien China ya ha avanzado en la transición demográfica -reduciendo las tasas de natalidad y de mortalidad-, igualmente cada año el número de nacimientos excede el número de muertes por cerca de 9 millones.

El Estado de la Población Mundial

El Estado de la Población Mundial es un documento actualizado anualmente por Naciones Unidas. De acuerdo a este documento el crecimiento poblacional mundial se ha desacelerado, y eso es atribuido en parte a "los esfuerzos de los últimos 30 años para crear conciencia sobre los peligros de una superpoblación". Si bien se señala que la tasa de crecimiento va a seguir cayendo en el correr de las próximas décadas, la alta tasa de fecundidad del pasado determina una inercia demográfica que genera aproximadamente 80 millones de nacimientos por año.

En lo que refiere a la estructura por edades de la población, de acuerdo al informe, en varios países europeos las personas mayores de 60 años actualmente conforman el 20% del total de población, en 2050 serían el 35 %, y en 2100 el 45%. En 2050 el porcentaje de personas mayores de 65 en China se triplicaría del 10% actual al 30%. Estos cambios demográficos tendrían importantes repercusiones económicas ya que significaría que, para entonces, no habría en este país más que 3 trabajadores por cada ciudadano pasivo, mientras que ahora hay 10.

En 1960, el mundo tenía 3 mil millones de habitantes; en 1987, 5 mil millones y en 1999, 6 mil millones. Se supone que la población mundial llegaría a un pico de 9 mil millones en 2070, y desde entonces comenzaría un declive hasta alcanzar, en 2100, aproximadamente 8,4 mil millones de personas.

15/05/2003



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